5- Lluvia

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Sus rizos rebeldes se flameaban con el viento y yo me preguntaba ¿como es que puede haber tanta belleza este mundo de piquería?.

Una amplia sonrisa se extendió por su rostro, dejando ver sus alineados y blancos dientes, sus ojos se encojieron con ligeresa y un sonido emitió de ellos, haciendo que cerrada por completo sus ojos y llevará su mano cubriendo su rostro con ella. ¿Por qué lo hace? Si se ve tan hermoso con esa sonrisa plasmada en ese rostro tan perfecto.

- ¿loco, estas bien? -una ligera sacudida lo hizo volver a la realidad en la que vivía.

- si - y sin más se extendió paso fuera del lugar con la cabeza gacha.

¿A quien engañaba?, Joel nunca se fijaría en él, ¿que tenía él en comparación a Erick?, exacto, nada.

Joel quería a Erick y eso estaba claro para él, puede que el fuera de esas personas que tardan meses en darse cuenta que están enamoradas, pero cuando se trataba de captar ese sentimiento en otras personas no era lerdo.

Un brazo lo jaló con fuerza hacia un lugar obscuro, dedujo que era un callejón, ya que había unos contenedores con comida podrida.

No supo que fue, ni cuando pasó, pero él ya estaba contra la pared con un dolor espantoso en su costado derecho.

Miró al tipo de enfrente, no había sido por esa tela que cubría su rostro era imposible reconocerlo, sin embargo con es asquerosa sonrisa supo de quien se trataba.

- disfruta el infierno maldito - exclamó incrustando más el puñal en su cuerpo.

Sonrió con cinismo y salió corriendo, quitando brutalmente el puñal de su cuerpo.

Con debilidad cayó al suelo sosteniendo su lugar herido, sintió unos pasos acercarse desesperados, después de eso la obscuridad se apoderó de si.

...

Pesadamente sus parpados se fueron abriendo hasta encontrarse en una habitación en su totalidad blanca y fría.

Hizo un movimiento y su costado ardió horriblemente, tanto que lo hizo soltar un quejido acompañado de una maldición.

La puerta se abre estrepitosamente y eso provoca que alzara la cabeza y mirara a la persona que se hallaba en ella.

- al fin despiertas - murmuró, mientras se recostaba por el marco de la puerta.

Cerró los ojos y soltó un suspiro pesado.

- mmhh... ¿cuánto tiempo estuve aquí? - susurró mordiendo su labios inferior.

Los pasos retumbaron en el salón, hasta que sintió una mano posarse sobre la suya.

- Chris... dormiste un año entero - sus ojos se inundaron de lágrimas y su mano se ajustó fuertemente a la del contrario - te extrañé tanto - murmuró posando su mirada en el castaño.

- no comprendo - dijo con intriga, mientras la mano del rizado se posaba sobre su mejilla.

- ese día cuando saliste del restaurante, me acerque a Richard y le pregunte que era lo que había pasado, me respondió que estaba raro y dijiste solo si a su pregunta y pues te fuiste, te seguí e intente ayudarte, pero me fue imposible, de todos modos, la policía atrapó al hombre, y pues te llevaron en la ambulancia, persiste mucha sangre e incluso casi moriste, pero después de todo solo caíste en estado de coma por todo un año - él silencio cubrió la sala y las lágrimas se resabalaban con centrismo por sus mejillas - año sin ti, sin tu embriagante aroma, sin tu voz, sin tu escandalosa pero pegajosa risa, sin tus ojitos brillantes, sin tus bromas locas, un año sin tu presencia, yo ya no lo soportaba, gracias a Dios estas despierto - una sonrisa satisfactoria se extendió por su rostro a la vez que unos sus labios a los del castaño, sosteniendo con suavidad sus rostro - si, si te veo como más que un amigo - dejó entre el beso, provocando una sonrisa en la del contrario.

- yo igual -

Pasaron meses después de eso hasta la recuperación del castaño, el cual ahora junto a su novio se dedicaban a un hermoso restaurante situado en ese mismo país.

Les habían contado a sus padres todo lo sucedido y de su cercanía como pareja y ellos encantados apretujaron a sus hijos, elojiandolos.

Sus amigos, más que amigos familiares, los facturaron gustosamente, diciendo lo hermosa y buena pareja que eran, a pesar de ser del mismo sexo, pero eso era lo que menos importaba, ya que el amor es amor, sin importar que.

Como toda pareja, después del noviazgo viene el matrimonio, y para ellos eso no fue la excepción, ya que paso un tiempo y Joel había tomado la iniciativa de proponerle casamiento a la persona con la cual quería pasar el resto de su vida, en este caso Christopher Vélez.

La programaron para dentro de tres meses, en el trayecto de ese tiempo estuvieron haciendo todas las preparaciones para ese día, eligiendo los arreglos, los decorados, sus trajes, despejándose un poco del trabajo, preparando las invitaciones, la comida, el salón, la iglesia, entre otras muchas cosas.

Finalmente el esperado día cayó y ambos realizaban los últimos arreglos para la boda.

7:30 y ambos nerviosos en los camerinos, siendo arreglados por personas encargadas de eso.

Sus familiares y amigos había contribuido mucho en esta celebración, los habían ayudado no solo con dinero, a lo cual ambos jóvenes se negaron a recibir, en fin ese no es el punto, como decía también los ayudaron en el arreglo del lugar y la comida, con semejante familia, quien no los amaría.

A pesar de que el sus no parecía m muy prometedor para ambos, no la importó, ya que pensaron, si se conocieron en un día de lluvia porque no casarse en uno así.

Por fin, ambos parados de frente, con una sonrisa estúpida plasmada en sus rostro y tomados de la mano, escuchando al pastor que anunciaba la alianza o unión de ambos.

- ¿aceptas a Christopher Vélez como tu legítimo esposo y sin presión alguna, para amarlo y respetarlo, en los buenos y malos momentos que brinda la vida, hasta que la muerte los separe? - había recitado el hombre mirando a Joel a la espera de la respuesta.

Él simplemente no podía apartar los ojos de su bombón de vainilla, como le había apodado ya que el hombre del cual estaba enamorado era tan blanco.

- acepto - dijo firme formando una sonrisa.

- ¿y con semejante hombre que quien no lo haría? - se escudo retumbar en el salón la voz de su amigo el ojiverde, arruina momentos románticos, perqué no no era la primera vez que lo hacia, ya que una vez cuando ambos jóvenes estaban en un momento algo íntimo este los interrumpió, preguntando por la hora y argumentado que había perdido su celular, tal incomodo fue para ambos que después de que él se fue simplemente miraron unas películas y durmieron, trágico, pero ese no es el tema.

Joel de reojo miró al pelinegro y una sobria cerrada se formó en sus labios mientras que el contrario se sonrojaba con violencia.

- ¿y usted acepta al joven Pimentel como su legítimo esposo y sin presión alguna, para amarlo y respetarlo, en los buenos y malos momentos que brinda la vida, hasta que la muerte los separe? - había repetido mirándolo.

- si - artículo mostrando una sonrisa perfecta.

- por el poder que se me ha conferido yo los declaró esposos - sonrió mirándolos - pueden besarse - anunció y sin más el rizado tomó la cintura del mayor y lo apego a su cuerpo fundiéndose en un hermoso beso, seguido de unos sonidos aplausos y silbidos.

Tomados de la mano de encaminaron hacia la salida sonrientes, chocando con la calidad noche y las abundantes gustas de lluvias que caían del cielo.

Y sin más de nuevo se hundieron en un beso bajo la hermosa lluvia de verano.

Lo gracioso es pensar que ambos estaban enamorados y pensaban el otro no.

Y ese año que perdieron juntos lo empezarían a recuperar ahora...

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one shot's virgato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora