LLEGAS TARDE // ARISTEMO

1

----

-¿Como esta Temo?- pregunto con la garganta reseca, ojos llorosos y con miedo por la respuesta.

El silencio reino en aquel pasillo.

-Aun no sale de la operación- respondió Susana.

Pancho no podía hablar, aun no le cabía en la cabeza que era a su amado hijo al que estaban operando, el que estaba luchando por su vida en esa camilla.

Nuevamente el silencio llego, Ari se sentó en uno de los banquillos del pasillo, pasando los minutos la familia Corcega iba llegando, menos Doña Imelda y Don Tito ya que ellos se quedaron a cuidar a los mas chicos, , Ari por su parte se mantenía alejado, logro ver como otro chavo llego , lo reconocía, era Diego un amigo de Temo, seguido llegaron otras dos personas que se acercaron a Francisco, Diego se alejo y camino hasta donde se encontraba Ari.

-Ellas son Ana y Lupita, hermanas mayores de Temo- explico señalando a cada uno.

-Es mi culpa- fue lo único que pronuncio.

-No fue culpa de nadie, Temo estaba en el lugar incorrecto a la hora incorrecta-

Nuevamente Ari se alejo y quedo recargado cerca del pasillo.

-¿Estas bien?- pregunto Frida con voz ronca.

-No- respondió sin mirarla.

Lo abrazo con dulzura, ella sabia que Ari necesitaba apoyo en ese momento, el no podía acercarse a sus padres, aun no, hace solo unas horas su mundo comenzó a derrumbarse pieza por pieza y la pelea con su padre no ayudo en lo absoluto.

Exactamente a las 11 horas con 45 minutos la operación se vio interrumpida, con mucha pena e impotencia Robert salio de la sala de operaciones, al verlo salir los presentes se pusieron de pie, Pancho junto a sus hijos se pusieron hasta enfrente.

-¿Como esta mi hijo?- pregunto con el alma en un hilo.

Robert bajo la mirada, a pesar de tener una no muy buena simpatía, era su deber tener que decirle y explicar, Temo se había convertido en alguien muy querido por su familia y esta noticia le dolería a muchos, pero ahora como padre también sentía que debía de darle apoyo a Francisco.

-Hablemos en privado- dijo.

Ambos se alejaron unos metros de los demás.

-Francisco, sabes que la vida no todos la tenemos garantizada- comenzó con un nudo en la garganta- y a pesar de que uno haga todo lo posible no siempre se puede salvar la vida de alguien- la expresión que ponía el hombre frente a el cada vez lo alarmaba.

-No...- murmuro entre dietes.

-Las balas quedaron insertadas en órganos vitales de Cuauhtémoc , una en el riñón, dos en el pulmón izquierdo y otra en la parte mas cercana a su corazón- fue en ese punto que Pancho ya estaba llorando- la perdida de sangre lo dejo en el peor estado de debilidad, fue mucho tiempo en el que estuvo perdiendo sangre- el ahora también sentía que las lágrimas saldrían de sus ojosi- no pudo soportar la operación, y lamentablemente... falleció- al terminar la frase Francisco se dejo caer al suelo llorando y rogando a Dios porque eso fuera mentira.

Desde lo lejos todos supieron cual había sido el resultado de la operación, unos a oros se abrazaban dejando que las lágrimas salieran, Audifaz y Polita voltearon en busca de Aristoteles, lo vieron como se sostenía de la pared, su vista perdida, su cuerpo temblando.

Por dentro Aristoteles gritaba de dolor, de impotencia, su cuerpo le dolía, sus entrañas se retorcían, su mente...su mente solo repetía una y otra vez la misma imagen que quedaría gravaba en su alma por toda la vida...