Encuentro

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Eizen era un chico, tan normal como todos, se puede decir que llevaba una buena vida, buenas notas en su colegio, sus padres todo el tiempo recibían buenas críticas acerca de su comportamiento en todos lados, tenía una familia común, con buenas bases y bastante educadas, pero el niño no estaba conforme con este estereotipo de vida "perfecta" para cualquier persona, él ocultaba un secreto, el cual no sabía ni su familia, ni sus amigos, ni ninguna otra persona, a excepción de su mejor amigo "Thomas". El joven buscaba algo de riesgo y a la vez diversión, ya era una vida bastante aburrida según su opinión, por lo que solía ir a la biblioteca y leer varios libros de demoniología en los cuales los autores eran anónimo o desconocidos, estos contenían cientos de páginas hablando de lo más obscuro que se puede imaginar tanto en el cielo como en el infierno.

Cierto día, comenzó a leer un libro viejo que había encontrado entre tantos otros, este le llamó la atención por ser de cuero rojo, letras doradas y simbología extraña en tu portada, el capítulo al que le dio lectura se titulaba "Los demonios más poderosos", estos parecían ser varios y todos enormemente interesantes para Eizen, pero más intrigado se mostró al ver que en el libro se encontraba un separador de páginas el cual estaba ubicado en una página manchada por lo que parecían ser rasguños ensangrentados, el joven asombrado por lo que aparecía en esta, pidió de inmediato el libro pero sin antes preguntar de donde lo consiguieron, la bibliotecaria amablemente y dispuesta a responder cualquier pregunta del educado muchacho le dijo:

-Qué extraño, este libro no aparece en los registros de la biblioteca, solo llevatelo, si no tiene registro no tendremos problema alguno, es un regalo, pero que quede entre nosotros o no me verás más por aquí-

Tras soltar una amable e inocente pero fingida risa el joven aceptó el libro y tras llegar a su casa se encerró en su cuarto para continuar leyendo.

La página manchada no era nada más ni nada menos que un ritual de invocación de Amón (demonio que conoce el pasado y futuro), el chico de tan solo 17 años se quedó pensando si hacer esta arriesgada acción, ya que en recompensa por tener el valor para hacerlo era que podía pedir un deseo fuera de algún límite existente. Luego de largas horas de meditación Eizen decidió llevar a cabo el ritual, pero no solo, lo acompañaría su amigo que al explicarle la situación después de dudar accedió sólo a estar presente por la inmensa curiosidad que le provocaba.

Tras reunir todos los materiales y seguir los pasos al pie de la letra solo faltaba agregar sangre en el puñado de sal que había al centro del círculo de velas y líneas que cada una tenía un significado específico, pero solo podía haber una muestra de hemoglobina y ya que Eizen tenía más interés en la invocación tomó el cuchillo y lentamente empezó a rasgar su piel sobre su túnel carpiano y derramó su sangre sobre la sal, la cual comenzó a disolverse y posteriormente desintegrarse, tras unos tensos segundos se divisaba entre las luces de las velas dos ojos rojizos de lechuza, y una voz aguda entre gruñidos se entendió:

-¿Quién se atreve a interrumpir mi descanso de 2000 años?-

Mientras iba hablando avanza hacia los jóvenes, era una bestia de enormes y afilados dientes, 2 patas de lo que parecía ser de un lobo y una enorme cola de serpiente, el muchacho paralizado de miedo al ver esta figura no humanoide vio a su derecha y vio a Thomas que ni se inmutaba.

-Creo que no funcionó-, Thomas burlándose de Eizen y este atónito responde:

-¿Que no ves esa cosa?-

-Claro, es tan tenebrosa que creo que es invisible, ya no funcionó, me voy a casa, estoy bastante decepcionado- Thomas añade sarcásticamente.

Luego de que el mejor amigo del joven se marchó entre las risas del espectro de ojos rojizos, este alza la voz diciendo:

-Estas mal si crees que todos pueden verme, en un ritual solo aquel que posee la sangre puesta en el altar puede ver al demonio que se ha invocado, ahora . . .¿que quieres?, debes tener un gran plan y ser muy inteligente o muy tonto para llamar al señor de 40 legiones de espíritus inmundos, cuéntame . . . ¿qué es lo que quieres?-

El joven aún asustado y rígido por el miedo balbucea -¿puedo pedir un deseo?, ¿no es así?-

Tras afirmar a la pregunta del chico, Amón habla con gozo e intimidante:

-Recuerda que es un deseo sin límite alguno, pero como todo en la vida y la muerte tiene un costo, tu costo será que dentro de 10 años voy reclamar tu miserable alma-

Inteligente o estúpido fue el chico al pensar que podía engañar a un demonio, así que con la confianza, valentía y el deseo de victoria exaltado y alzando la voz:

-DESEO SER INMORTAL-

Así el muchacho no podría morir y no podría pagar su alma,pero al escuchar estas firmes palabras el demonio soltó una fuerte risa como burlándose de Eizen . . .

-Concedido, felicitaciones, ya eres inmortal, pero que estúpido fuiste al intentar engañarme a mí, al demonio que conoce el pasado y futuro de toda la humanidad-

Siguió riendo y añadió

-No te mataré, no reclamaré tu alma para mi ejército, por lo que verás lo que nadie más ve, y será peor, pues estarás muerto en vida-

Al pasar este momento tan inquietante el demonio se esfuma, el joven sin entender las últimas palabras del espectro respira profundamente preguntándose si todo esto en verdad pasó y si es que pasó, si habrá funcionado, tomó el mismo cuchillo y expandió el pequeño corte que ya tenía por todo su antebrazo, Eizen cubierto de gozo y con un sentimiento de poder se dio cuenta que al hacerse daño con el cuchillo la herida se regeneraba sin dejar rastro alguno de daño, el joven comenzó a reír sin parar, cuando se escucha el ruido de unos nudillos golpeando la puerta de su cuarto, era su madre la cual preocupada le pregunta si está bien, y dichoso contesta con la puerta entreabierta -si, no te preocupes, estoy bien, es más, estoy mejor que nunca- . . .

Demonio a mis espaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora