Demonio a mis espaldas

Atravesando

Afortunadamente para el joven la agonía de parálisis del sueño sólo dura un minuto y 46 segundos y solo el efecto consecuente dura toda la noche, pero sólo era un recuerdo así que al pasar dicho tiempo se levanta y se seca los ojos resignado y suelta nada más que un…

-Sólo continuemos…-

Mientras el muchacho subía uno a uno el principio de la escalera comenzó a observar alrededor y la materia oscura no era tan oscura como el creía, rondaba una especie de cirrus rodeando toda la escalera, parecía regirse por un movimiento inteligente, y mientras subía parecía irse difuminado. De pronto en el escalón dieciséis (el intermedio de la materia oscura) se observa un cartel de madera podrida y telas manchadas de rojo, que decía “Descanso - 26 ánimas”.

Eizen todavía preocupado y con los ojos entre cerrados por la agonía del primer escalón pregunta que significa, a lo que Amón le responde…

-Bueno, como te dije, tu eres el primer humano que he traído aquí y sinceramente quería verte sufrir más, que aburrido es esto… pero el letrero demuestra que no todos han podido superar o salir vencedor del crossing, y en esta etapa han muerto al parecer la cifra que se muestra ahí- termina de hablar y suelta una carcajada, quizá porque él sintió que el joven en ese momento supo que lo que parecía cirrus no era nada más ni nada menos que almas atrapadas en el crossing.

Como ocultando los sentimientos que le acechan en ese momento Eizen continuó por los escalones hasta ir terminando el color de materia negra, de maldición o de milagro logró pasar la el primer tercio de la escalera, sin demostrar ni una pizca de temor, pero por dentro era uno de los cambios más abruptos sufridos por un mortal.

Pasaron al segundo tercio, escalón 32  para ser exacto, lo pisó con inseguridad y nerviosismo… y el demonio expectante a lo que podía ocurrir lo miró, pero no pasó nada, y el muchacho abrió los ojos como preguntándose si había pasado algo, pero nada. Subió hasta el escalón 40 y ya recuperando su confianza y seguridad soltó un suspiro que daba comienzo a la calma, pero cuatro escalones más arriba se quedó paralizado viendo un sólo punto, y comenzó esta vez un trance, sus pupilas se contrajeron hasta formar solo un punto en el centro de su iris, dejó caer su cuello como ya exhausto y comenzó a convulsionar de pié acompañado con unos movimientos involuntarios de sus manos como haciendo señas difíciles de entender, pero de pronto comenzó a correr cuesta arriba pasando por el cartel de ese nivel: “Descanso - 54 animas”. Sólo siguió corriendo hasta llegar al final del sector como pintado de azul y entre literalmente lágrimas de sangre sus pupilas volvieron a la normalidad y comenzó a toser, se llevó una sorpresa pues se apoyó en la escalera por el dolor de su tórax comprimiendose, y de su boca salió un flujo negro, que al caer en el escalón entre burbujas comenzó a condensarse, temblando y desconociendo lo que le sucedió en ese momento, soltó un desgarrador grito…

-¿¡¡¡QUE ME ESTÁ PASANDOOOO!!!?... ¡¡¡AAAAAAAAH!!!-

Y terminó, pero al parecer Eizen ahora si estaba afectado, y quedó resentido, temblando pero con rabia en su rostro observa a Amón quien sólo se ríe de lo que estaba pasando. Un momento pasó sentado con los brazos sobre las rodillas y ocultando el rostro, hasta que decidió alzar la vista hacia el demonio quien lo miraba atentamente para preguntarle…

-¿y ahora qué?-

El demonio sin misericordia de él responde:

-Nada importante, sólo el tercer nivel-

Al entrar al nivel de colores miró y en el cielo habían tres constelaciones de distinto color y forma, la primera era una espada rojiza, en medio se encontraba una balanza negra, y al final una calavera amarilla, al igual que Eizen, Amón contemplando las figuras dice:

-Así que estos son…-

El muchacho lo observa extrañado y pregunta…

-¿Quienes son?-

-Digamos que en pocas palabras son lo peor que ha pisado alguna vez la tierra, ya que “él” sólo la controla desde su espacio, pero ellos son los responsables de lo peor que has visto en tu mundo y además los únicos tres mortales que han superado el crossing- le responde el demonio sin ninguna especie de filtro.

-¿¡¡¡TU SABIAS ESTO!!!?- Pregunta Eizen con rabia… y continúa gritando…

-¿¡¡¡SABÍAS QUE SÓLO TRES MALDITAS PERSONAS SUPERARON EL CROSSING!!!?-

-Eeeeh, claro que sí, y no te pongas desafiante ahora, después de todo tú querías adentrarte en este podrido mundo, lo que te pase aquí no es más que culpa tuya- responde Amón

-Y no te pases de listo, el hecho de que permita que me hables así es sólo porque pienso que tienes potencial para mantenerme ocupado, pero que no se te olvide que puedo destruir tu pasado y tu futuro con sólo mover un dedo- agregó el demonio.

Eizen ya más intimidado por Amón decide seguir por la escalera, después de todo ya estaba ahí, debía por lo menos intentarlo, bastante influenció su sed de poder y egocentrismo, después de todo él era el más joven que había llegado hasta ese punto…

Como sabiendo lo que pensaba, el crossing, comenzó a temblar cuando iban cerca del tercer letrero (Descanso - 55 ánimas), y ocurrió, Eizen cayó al suelo con los ojos blancos y como susurrando en lengua desconocida, Amón comenzó a reír pero no era una risa habitual, era más una sarcástica llena de decepción, tal vez porque sabía que el muchacho no estaba soportando la prueba del tercer nivel, y a medida que pasaba el tiempo las palabras que apenas salían de su boca fueron decayendo…

-Creo que eso es todo…- Dijo el demonio, el cual estaba en presencia de una víctima del crossing.

Ya daba todo por perdido, esperando que el alma de el joven saliera de su cuerpo y se uniera al resto que rodeaban la escalera, y que el cartel cambiara de 55 a 56 ánimas. Pero en eso una luz blanca tan brillante como el sol visto desde mercurio, iluminó todo el crossing y fue cuando apareció en el brazo de Eizen al mismo tiempo que se dibujaba en el cielo un arco de color blanco… tras esto, no eran tres sino cuatro símbolos en el cielo, y Amón impactado baja la vista a ver al humano quien se levanta lentamente con una risa entre sarcástica y ansiosa, quien suelta unas palabras…

-No, eso no es todo, ni siquiera se acerca al final...-

Caminó mientras seguía siendo observado por su acompañante hasta llegar a la puerta donde dijo:

-Aquí vamos-