dos empujones

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Primero había sido un empujón. Eran dos chicos en frente de la puerta del gimnasio a eso de las seis y media de la tarde, el sol comezaba a ocultarse y en poco más de una hora la oscuridad reinaría el firmamento. Un equipo de volleyball masculino del cual también formaban parte se encontraba a su al rededor intentando calmar los ánimos más claramente se veía que no conseguían nada. El entrenador y el profesor consejero, los únicos dos adultos que conseguirían separar a los jugadores se habían ido hacía media hora ya.

—¡Todo es tu culpa! —Le gritó el menor, un chico de estatura media y pelo castaño, sus ojos replicaban el color y a simple vista no llamaba mucho la atención. Era de segundo curso pero llevaba relativamente menos tiempo en el equipo que sus otros compañeros debido a un parón, sin embargo era igual de querido e importante. Ninguno de los chicos ahí presentes lo habían visto tan enfadado e intentaban todavía asimilarlo.

Su contrario en la dispusta era un chico que tanto física como emocionalmente no tenía nada que ver con el propio. Era alto -un poco más que el moreno, tampoco demasiado-, su pelo era originalmente negro más se encontraba rapado al completo, sus ojos eran oscuros y la pinta de macarra no se la quitaba nadie. También era de segundo curso. Un gracioso y a su vez respetuoso buscapleito que tampoco nadie había visto tan enfadado como ahora se encontraba.

—Tanaka, Ennoshita, calmaos, por favor —les pidió Asahi, el as del equipo. A su lado Nishinoya, el líbero, le había pedido que hiciera algo pues en toda su vida que lleva junto a su mejor amigo, el rapado, nunca había podido apreciar dicha faceta. Estaba molesto y aunque nadie lo sintiese más que él, también dolido.

—¡Es él quien llegó gritando! —Dijo de vuelta Tanaka mirando a Ennoshita con el ceño fruncido mientras devolvía el primer empujón que había recibido. El capitán del equipo, Daichi, quien no tenía la remota idea de lo que estaba ocurriendo, pensó que debería actuar rápidamente antes de que la situación pasara a mayores.

—¡Porque tú solo sabes comportarte como un imbécil! —Exclamó Ennoshita otra vez zarandeando el cuerpo del mayor, esta vez haciendo que cayese al suelo. Tanaka aprovechó para llevarse consigo al castaño y ambos se enfrascaron en una pelea a golpes rodando por la tierra.

Daichi y Asahi quienes eran los chicos que tenían más cuerpo y fuerza decidieron acercarse a la dispusta y separar a ambos chicos. Quedaron separados a la vez que Ennoshita escupía, mirando severamente al contrario quien intentaba zafarse de su agarre. Cuando lo consiguió se quedó quito en su lugar sacudiendo su ropa sucia. Asahi también soltó a Ennoshita quien parecía haberse calmado.

—No te acerques, Tanaka. En serio, déjame —amenazó sin mirarle, luego dio media vuelta y comenzó a caminar hasta el cuarto del club donde se encontraban todas sus cosas. Narita y Kinoshita lo siguieron manteniendo una distancia prudencial, únicamente para que su amigo no pagase su enfado con ellos.

—¿Qué fue eso, Ryuu? —Le preguntó Noya acercándose a su amigo. Todos al rededor se cuestionaban lo mismo ya que de un momento a otro Tanaka y Ennoshita habían dejado de practicar para chillarse el uno al otro. El mencionado se encogió de hombros restándole importancia.

—Nada —respondió entrando al gimnasio. Quería largarse y huir a su casa más sus pertenencias también se encontraban en el cuarto de entrenamiento. Cogió una pelota y comenzó a hacerla botar contra la pared, cada remate un poco más fuerte que el anterior intentando de esa manera descargar su furia.

Detrás de él, el equipo había comenzado a recoger el lugar en silencio. Nadie se animaba a hablar debido al suceso y Tanaka lo agaradecía, lo que menos quería era recordar.

Pasado el tiempo los jugadores comenzaron a irse. Tsukishima el primero, quien fue recogido por su novio, Kuroo, al parecer pasarían el fin de semana en casa del primero aprovechando que ni sus padres ni hermanos estarían. Yamaguchi se fue con Kageyama y Hinata, no dejaron de hablar de la pelea por todo el camino y triste que parecía todo. Daichi y Suga fueron los siguientes, ellos acabarían desviando su camino hasta parar en un parque. Asahi se fue con ellos no sin antes preguntarle a Nishinoya, su novio, si necesitaba que se quedara. Este se lo negó y el mayor entonces se fue a su casa. Quedaron Noya, Tanaka y un balón de volleybal.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2020 ⏰

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