En algún lugar tus manos me acarician y tus labios siguen relatandome historias sobre aquellas tierras soñadas.
En algún lugar, aún te escuchó gemir lentamente mi nombre mientras todo mi ser y alma están en lo más profundo de tu interior.
En algún lugar, estás aqui, besándome en los labios dulcemente mientras te calmo por tus tormentos.
En algún lugar, solo en algún lugar, aún vives conmigo, aún estas a mi lado mirandome a los ojos, deseandome y probando de las mas pecadoras tentaciones.
En algún lugar Athelstan, tu y yo, estamos en el cielo. En un cielo de dioses y tu dios, en un paraiso unido por nuestro amor.
Sufro por tu partida, te amo más que a nadie. Te amo más que a mi vida y eso que sería poco. Ya tan solo pienso en lugares, en realidades alternas que aún me dicen que estás a mi lado.
Ya tan solo, me queda el recuerdo de mi pasado junto a ti, me queda el sufrimiento y los pensamientos. Me queda el ir a tu tumba y acariciar la cruz clavada mientras te relato cosas sin mucho sentido que pasan por mi vida.
Regresa a mi, Athlestan, un hombre sin su amor es un hombre sin sentido, debil y desamparado. Es un ser humano sin vida, es un ser muerto por dentro.
En algún lugar, mi amado sacerdote, aún te sigo. Mi corazón y alma te siguen. Te lo prometí, ¿Recuerdas?