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        Luego de cenar, levantar la mesa y cepillarse los dientes, Lance va al balcón de su departamento para ver las estrellas

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        Luego de cenar, levantar la mesa y cepillarse los dientes, Lance va al balcón de su departamento para ver las estrellas. Es una costumbre que mantiene desde que aquél telescopio llegó a su vida. Fue en su Navidad número 12, donde su padre optó por dejar de regalarle figuras de acción (que quedaban olvidadas en el armario junto un centenar de medias sin su par.) por una cosa que despertarse alguna pasión en el pequeño Lance. Al parecer dio justamente en el blanco. Desde esa noche no se despegó de ese objeto que lo emocionaba tanto.

       Lance pasa horas inmerso en ese cielo repleto de estrellas vigorozas, realiza anotaciones cada que visualiza alguna constelación inventada por él. Y también se encarga de llamarlas con los nombres más creativos que se le ocurra.

       En el ámbito social, Lance no es extremadamente extrovertido, ni super introvertido. Término medio, quizá. Digamos que el sería el típico actor de fondo. Tan monótono que sólo está ahí para ser opacado por los protagonistas de un romance cliché. Nadie se interesa en él al punto de mirarlo cada vez que pueda

      Bueno, nadie que él conozca.

        Justamente arriba de su departamento, vive Keith. Un poco más alto que Lance, pelo bastante largo. Es un chico tranquilo, que tampoco resalta mucho. Otro personaje de fondo. También es compañero de clases de Lance, justamente detrás de su asiento se aloja él. Vive solo, ya que su compañero de cuatro se mudó hace un año y medio junto a su pareja. Disfruta la soledad, aunque a veces se aburre demasiado.

        Entonces; cuando por fin los astros se cofinan y se acoplan, lo hacen de una forma donde cualquier imbécil de renombre, a lo largo de su extensa carrera en el campo especializado de la absurdez cliché-genérica-ultratípica denomina como un milagro de Dios. Keith logra trabar una charla. La arruina de manera astrofisicamente monumental. Y eso única y exclusivamente porque no sabe sacar un tema de conversación medianamente normal. Eso lo hace ver un poco fuera de lugar.

        Básicamente es lo que denominamos raro. Pero ¿qué es raro? Pues todo aquello que el otro considere fuera de sí sólo porque nunca lo ha hecho o no es parte de él. Hasta cierto punto todo es enormemente raro si lo desconoces. Keith es raro, muy raro. Según las chicas tan superficiales, abanicadas por miles de halagos pero agasajadas por puñales perfectamente clavados para ser devueltos. Habla como loco desquiciado. Vamos, que son sólo palabras más técnicas, nada de otro mundo. Ser raro por éso, ¡es absurdo! Para ellos no. ¿¡Lo absurdo también es relativo!? Mierda. Así habla él. Son sólo tonterías conjugadas en oraciones largas, y palabras que no entran en los hasgtags de Twitter. Esa cosa suya no nace de un deseo de ser clasificado como "Intelectual", "ser elocuente". Adjetivos que un necio resume a "ay que raro." Sino que, sus nervios supera ampliamente su capacidad de responder frente a esos estímulos.

       Uno de sus pasatiempos favoritos es mirar a Lance desde su balcón. Podrá sonar acosador mirar a alguien que sólo aprecia las estrellas con un telescopio. Cuya relación con él es nula. ¿Gustos excéntricos? Al diablo, sólo quiere un amigo. Y una buena relación surge cuando te interesas, ¿verdad? ¿No es así, películas típicas de romance?

      Regresando a un presente, llámese hoy.  Lance, como es en su típica rutina, está en el balcón observando las estrellas que a simple vista son mínimas. Es decir, son sólo gases agrupados que brillan. Pero algún día ese gas se acabará y... Bueno, creo que son datos que no interesan. Y sí te interesan, por algo pagan el Internet ¿no?

      Keith lo está mirando sutilmente, pero con cierta intensidad. Como una presa que quiere cazar. Porque en sí, es su objetivo. Le va a hablar, fin. No hay misterio. Aunque duda si hacerlo con un simple "Hola", o saltar del balcón como un ninja. No obstante, descarta la última opción por peligro a muerte. Si va a salir en las noticias, que sea por haber roto algún Récord Guinness, o por su polémica boda con algún sucesor de la corona holandesa.

       —Hola, Lance.- Saluda simple, pero no recibe alguna respuesta. ¿Lo habrá dicho muy bajo? ¿estará siendo ignorando? — Heeey.— Dice extendiendo la letra "e", para llamar la atención de su vecino.—¿Lance? ¿Hola?— Nada, sin respuesta.

       Llegado al punto de repetir varias veces más su saludo/llamado de atención, contempla la idea de saltar al balcón ajeno. ¿Cuánto daño puede hacerse? ¿Una fisura? ¿Un mes con yeso? Unos cuántos metros de caída no hacen daño a nadie, ¿cierto?. Está decidido, va a saltar. Eso que dos párrafos atrás parecía sumamente cuerdo para no hacer esta estupidez.

       Coloca una pierna en la baranda, y ambas manos a los costados. Toma impulso y hace una cuenta regresiva. 1, hace un leve amague repetidas veces para calcular la trayectoria; 2, se va para atrás lo más que puede para agarrar impulso y no quedarse corto; y 3, salta hacia el balcón de Lance. Todo parece perfecto, por cierto, ¿dije que es un tanto impulsivo, desesperado y que no sabe medir las consecuencias? Y que, ¿las cosas nunca salen como lo planea?

        Oh sí, esto va a salir increíblemente mal.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2018 ⏰

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Chico Estrellas [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora