La correcta. Warmi

Fiesta.

-¿Ana? -fue a abrazarla- ¿Cómo tú por aquí?

-Hace un par de años que me vine a vivir aquí a Madrid y pues conocí a Roi, que me ayudó muchísimo -le explicó- que alegría verte joder ¿y ellos quiénes son? -preguntó señalando a sus acompañantes.

-eso, eso- se empezó a reir- pues mira ella es Mimi y él es Ricky.

La chica que les abrió la puerta dió un paso adelante y les dió dos besos a los dos en forma de saludo.

-Encantada, soy Ana -les sonrió y ellos le contestaron de igual manera.

-Venga, que empiece la fiesta que ya estamos aquí -gritó Ricky.

-Maricón deja ya de gritar, pesado -dijo Mimi de broma.

Entraron y se fueron hacia Roi para saludarle y de paso coger unas copas.

Estaban los tres amigos juntos y Ana hablando.

-¿Cómo que te mudaste a Madrid? -preguntó la gallega.

-Bueno... necesitaba un poco cambiar de aires aunque echo mucho de menos mi isla -contestó con un poco de pena.

-Vamos a dejar de lado esas cosas y vamos a disfrutar, venga, a bailar -les dijo Ricky tan animado como siempre.

Empezaron a bailar cuando de repente sonó A-Yo de Lady Gaga. Mimi casi se cae de la emoción y empezó a bailar muy animada.

-Vaya, como se mueve tu amiga -le dijo Ana a Miriam sin dejar de mirar a la que bailaba.

Miriam la miró y empezó a reir.

Seguían bailando y bebiendo.
Ricky estaba junto a Mimi cuando de repente esta notó como unos brazos la rodeaban de la cintura y la atraía hacia ella.
Ricky al notarlo fue a coger otra copa y seguir bailando.

Terminando la canción, esa persona seguía con las manos alrededor de la cintura de Mimi aunque la rubia no sabía de quién eran los brazos que estaban pegados a ella.

Cuando su intriga pudo con ella se giró y al ver a Ana se le dibujó una sonrisa en su cara.

-¿Qué? ¿Quieres bailar conmigo morena? -le dijo susurrando en el oído.

Cuando Mimi hizo ese gesto, Ana notó un escalofrío por todo su cuerpo.

-Yo encantada de poder bailar contigo.

-Ana, ¿estás borracha? -preguntó riendo.

-No no no -ella contestó aunque la verdad es que se le notaba un poco perjudicada.

Las dos cada vez bailaban más y más juntas, haciendo que los ojos de ambas se cerraran. Al abrirlos, los ojos de Ana no paraban de mirar los labios de Mimi, al igual que los de la otra chica.

Poco a poco se iban acercando, Mimi la agarró con cuidado del cuello para poder probar esos labios que tantas ganas tenía, pero de repente alguien las interrumpió.

-¡Ana!