Capítulo 2.

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Ya no era esclavo.

Recogió sus pocas pertenencias pero antes de abandonar aquella villae, Kairos tenía que despedirse de su drama, el más dulce de todos los vinos que había probado.

—ya eres libre—dijo el dominus.

En esos momentos hacia acto de presencia Denes que tuvo que disimular lo que sentía hacia Kairos, por su bien por que sino la domina en un acto furioso idearía una sucia argucia como por ejemplo que le había robado una de sus joyas con el único objetivo de que lo castigaran, latigueándolo.

Un último abrazo, Kairos notó el ceño fruncido de su ahora ex-dómina, la cual disimuló cuando su marido la miró directamente.

—trataré de comprar tu libertad, no desesperes—murmuró bajito.

El muchacho lo miró esperanzado, lo esperaría mil años si era necesario.

—toma—le iba a devolver el amuleto, pero Denes cerró su mano alrededor de la suya dándole a entender que se lo quedara.

— es tuyo, consérvalo.

—me voy, prométeme que vas a cuidarte.

—lo haré.

Partió a su libertad, el resto volvió a sus labores. Ya adentro, Denes fue interceptado por la domina aprovechando la distracción de su marido con unos soldados que le traían noticias de Espartaco y su ejército; lo tomó de la muñeca arrojándolo contra el frío suelo mientras lo pateaba histérica.

—pequeña zorra— lo jaló de sus cabellos— te crees mejor que yo ¿ No es así?

Nadie se atrevía a intervenir, la mujer en ese estado era capaz de desfigurar hasta a la más bella de las esclavas con tal de que nadie le quite lo que para ella era un placer culposo.

—te encanta estar entre sus piernas... ¡ Abre tu sucia boca y responde!

Ni muerto le daría el gusto.

El alboroto fue hasta oídos del dominus quién molesto, hizo acto de presencia justo cuando ella se disponía a asestarle un puntapié en el rostro de Denes. Se puso de pie, tenía algunos raspones y los golpes tenían su cuerpo hecho pedazos, la odió más que nunca...

—¿ Estas loca Julia?—reprochó su marido.

—tú no sabes nada,

—ustedes—se dirigió al resto de esclavos—vuelvan a sus labores.

Luego del incidente, Denes trataba de no toparse con Julia, de vez en cuando se ponía a escuchar las conversaciones entre el dominus y algunos pretores que comentaban que el tracio estaba imparable, tenía en zozobra a toda la clase alta de Roma, que ni las legiones que enviaban a cercarlo en el Vesubio salían bien paradas, el senado no sabía qué hacer. Esperaba que Kairos lo sacara de ahí, lo más pronto posible.

Con el paso de los días el temor se fue acrecentando entre los ricos y que Espartaco avanzaba más y más hasta que llegó el día en que todos los esclavos de la villae organizaron una fuga masiva durante la noche él se les unió;algunos fueron a campiñas donde se refugiarían, otros se unieron al creciente ejército de Espartaco cuyas filas se engrosaron más.

Denes se encontró con Kairos que lo esperaba, su reencuentro fue tan emotivo que ocasionó que el resto olvidara por un momento su odio visceral a Roma. Esa noche el galo estuvo en sus brazos, aunque había algunas parejas como ellos, ninguno tenía esa conexión tan fuerte y segura.

—¿ Cual es el plan?—preguntó el pelirrojo.

—enfrentarnos a las legiones enviadas por el senado como siempre lo hemo hecho—respondió acomodandose—sólo los fuertes sobrevivirán.

En su mente retumbó esa frase.

—¿ Qué pasa?

Denes se repente tuvo un abrupto pensamiento que le dio escalofrios.

" Y sí no somos nosotros"

Un beso en su nuca erizó cada uno de los vellos de su cuerpo, alejando todos esos nefastos pensamientos, los fuertes brazos de Kairos lo rodearon y lo atrajeron nuevamente, permitiendo que lo amara nuevamente.

—lucharemos por la libertad que nos quitaron.

Días después Crixo, el cual era galo, se separó del ejército de Espartaco siendo seguido por 30.000 hombres entre galos y germanos, Denes pudo haber ido ahí pero no dejaría a Kairos ni aunque le ofrecieran oro.

—yo nunca te traicionaré—le dijo al ver los semblantes de gravedad.

Él simplemente asintió mientras apretaba los puños impotente por la pérdida de varios de ellos.

Después se supo que Crixo y sus hombres fueron derrotados por el Cónsul Publícola, el galo falleció en esta batalla y los sobreviviente se reagruparon al ejército de Espartaco; sin embargo diversas situaciones comenzaron a mermar el ejército rebelde, persecuciones y traiciones pues Espartaco pactó con pirastas cilicios pero estos no aparecieron, finalmente luego de tantas penurias y harto de persecuciones Espartaco y sus seguidores entre esos Denes y Kairos, decidieron dar la cara a Marco Linicio Craso.

Sería la última batalla, la Batalla del Río Silario...

Todo pasó tan rápido que Denes, apoyado por una espada no supo cuando sus compañeros cayeron uno tras otro ante las tácticas, armamento de los romanos que los abatían sin piedad.

—Kairos...

Lo vió luchar desesperado,pero todo fue en vano por que Kairos fue encerrado por un pequeño contingente. Espartaco murió al tratar de asesinar a Craso.

Denes trató de huir, más fue capturado...

Ambos amantes formaron parte de los 6.000 esclavos capturados por los romanos que fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia, como lección a futuras rebeliones. Aunque la vida de ambos terminaba ahí, aquella conexión seguiría...

—lo intentamos...

Los ojos violetas del galo quién se hallaba a su derecha lo miraron nostálgico, si tuviera sus manos libres sostendría el rostro de Kairos y lo besaría hasta el hartazgo.

—pero nadie mermó nuestro espíritu y aunque nos maten, esto lo sabrán en el futuro.

La tarde ya caía, los romanos seguían crucificando a los rebeldes por toda la vía.

—¿nos volveremos a ver?—preguntó ya agónico Kairos.

La visión de Denes mudaba gradualmente pero respondió...

—si, lo prometo.

—te esperaré...

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Significado de los nombres.

Kairos: correcto, momento oportuno.

Denes: vino, drama.

Espero les haya gustado.

Saludos y nos vemos pronto en otra historia n.n

Almas gemelas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora