《DIECINUEVE》

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Hyunjin se durmió casi inmediatamente después de que ambos se limpiaran y vistieran, cosa que Jeongin atribuyó a la influencia del alcohol en el sistema del mayor. De hecho, atribuyó varias cosas que hizo Hyunjin a la influencia del alcohol: la confesión de amor, los besos tiernos, el hecho de que apenas se acomodaron en la cama para dormir el castaño se hubiera abrazado al cuerpo del menor como si se tratasen de un árbol y un koala rodeándolo con brazos y piernas... 

Hyunjin borracho era todo un espectáculo, de eso no cabía duda. Pero aunque el mayor podía dormir tranquilamente después de todo lo que había pasado durante la noche, Jeongin no. Hyunjin llevaba cerca de una hora dormido y el pelinegro aún estaba recostado boca arriba, acariciando la espalda del mayor suavemente con el pulgar, rememorando uno a uno los acontecimientos, grabándoselos a fuego en la memoria. No podía ni quería olvidar a ese Hyunjin vulnerable y casi romántico que le dedicaba una canción, que lo besaba con amor, que lo miraba a los ojos y le decía "te quiero" luego de tener sexo, como si por primera vez hubiera sido más que algo físico, como si hubieran hecho el amor. Chan había dicho que Hyunjin era agresivo cuando bebía, y sí, Jeongin lo había confirmado porque con apenas dos vasos encima el castaño estaba dispuesto a golpear a Felix nada más por bailar cerca suyo, pero el chico también se volvía muchísimo más cariñoso y sensible, incluso transparente porque hablaba lo que tenía en la cabeza sin pararse a pensar, sin filtro alguno, y al final del día eso favoreció a Jeongin.

Y el tiempo pasaba, y Jeongin no lograba conciliar el sueño. Pronto amanecería y él no había dormido ni un poco, y ya no tenía más cosas en las que pensar verdaderamente porque su tema favorito era Hyunjin y ya había agotado cada recurso que tenía. Y estaba conforme con simplemente quedarse despierto hasta que Hyunjin abriera los ojos, tal vez se pondría en modo full acosador y lo miraría dormir, o tal vez usaría la laptop del chico para ponerse a ver videos o algo así, encontraría la manera de pasar el tiempo de una forma u otra. Entonces el teléfono de Hyunjin comenzó a sonar, y Jeongin de repente recordó que a las 7 am la abuela debía tomar sus medicinas. Se apresuró en apagar la alarma del celular, y luego de dudarlo unos cuantos segundos, decidió que no despertaría a Hyunjin y que él mismo se encargaría de atender la señora Hwang porque si ya estaba despierto, ¿por qué no? Le haría un favor al mayor si lo dejaba seguir durmiendo.

Con cuidado de no despertar a Hyunjin se fue moviendo lentamente hasta librarse del abrazo, entonces se levantó de la cama y se dirigió hasta el cajón donde el mayor guardaba las medicinas (y el lubricante, el muy idiota) con el teléfono ajeno aún en la mano. Revisó el papel en el que estaba anotado minuciosamente cada dosis del remedio y bajó hasta la cocina para buscar un vaso de agua, una vez que lo tuvo guardó el móvil de Hyunjin en su bolsillo y caminó hasta la habitación de la abuela, donde golpeó la puerta suavemente. No obtuvo respuesta, pero luego pensó que tal vez la mujer estaría durmiendo, de modo que se armó de valor y trató de convencerse de que no sería incorrecto si simplemente entraba, y eso hizo. A pesar de llevar un mes entero pasando cada fin de semana en la casa de los Hwang, y de almorzar casi siempre en la cama de la abuela, aún así se sentía un poco fuera de lugar entrando allí sin permiso y sin la compañía de Hyunjin, pero era más importante que la mujer tomara el remedio que preocuparse por los modales, por lo que se adentró tímidamente en la habitación cargando el vaso en una mano y la medicina en la otra. En efecto, la abuela dormía plácidamente, y Jeongin se sintió un poco culpable cuando la sacudió suavemente del hombro para despertarla.

-Abuela, tienes que tomar tu remedio -susurraba-. Lo siento, abuela, despierta.

Cuando la abuela finalmente despertó, abrió los ojos de golpe y miró a Jeongin con confusión, tal como hacía Hyunjin cuando se despertaba repentinamente. Jeongin sonrió sin enseñar los dientes, creando los dos pequeños hoyuelos sobre su boca, y saludó a la mujer de esa manera, ganándose otra mirada de confusión como respuesta.

Nie mów noona - HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora