Grendel: El mas despiadado de los dragones
Despues de caer con una espada en su costado, decidió llevar una vida alejada del mundo
Decidió darle su poder al siguiente heredero de la Oscuridad y acabe con la pelea entre esta y la Luz
Ese es Izuku Mid...
Miles de cuerpos masacrados, desmembrados, chamuscados, despedazados, electrocutados, y con otras formas de tortura se hallaban en lo que parecía un campo de batalla, aunque en realidad fue una carnicería sin piedad
Frente a estos se encontraba un hombre de mediana edad: ojos y cabello negro que le llegaba hasta la cintura; vestido con nada mas que un pantalon de tela desgastada; cuerpo tonificado repleto de cicatrices y marcas negras por todo el abdomen y parte de la cara
—No debieron haberse metido con ellos, no debieron haberse metido con mi familia. NO DEBIERON HABERSE METIDO CON MI ESPOSA E HIJOS—
Vocifero molesto, de su boca empezó a salir una luz morada, una energía oscura se genero en la misma
—YAMI NO HŌKŌ (Rugido de la Oscuridad)—
Y lanzo la energía cubriendo los cuerpos y el suelo debajo de ellos, para que lo desintegre todo y deje una llama morada que tenia un aura peligrosa
—Esto les enseñara a no meterse conmigo—
Y vio sus manos, recordó los días que las manchaba de sangre culpable e inocente como sino le importara, hasta que conoció su hermosa esposa
—No creo que sirva conmigo—
Volteo hacia donde se encontraba la voz que escucho, sonrió de lado, al parecer conocía a este desconocido
—Sabía que tendrías el valor de venir, Gaki—
El que se encontraba frente a el era un hombre con un hombre vestido de cuerpo completo con una armadura que parecía muy resistente
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—Midoriya Ryū, sabes, parece hipócrita que tengas ese nombre, cuando te dedicas a matar a los de mi especie—
Al terminar de hablar, el pelinegro apareció cuatro metros frente al hombre de la armadura
—Me pusieron ese nombre porque fui el único sobreviviente de una aldea donde atacaron los dragones—
Se quito el casco y la mascara para mostrar una mata de cabello verde alborotado, ojos jade y pecas en sus mejillas; pero lo que lo hacia resaltar eran dos colmillos que salían de su boca y sus pupilas que estaban ligeramente rasgadas, parecidas a los de los reptiles
—Me siento honrado de verte al rostro, ninguno tiene la suerte de poder hacer eso—
Sonrió como si fueran amigos de toda la vida, luego afilo su mirada cuando una energía verde rodeo las manos del peliverde, este tambien parecía listo para pelear
