Capítulo único.

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"Los sentimientos de amor no pueden ser expresados tan liberalmente.

Pero, al no ser transmitidos, el pecho que desea desbordar 
todos esos sentimientos comienza a doler.

¿Qué puedo hacer para deshacerme de todo aquello que me causa pesar?"

...

— Haruka, no te escuche llegar, bienvenida. — Saluda gentilmente a la peli-coral al verla subir por las escaleras.

— Hijirikawa-san, acabo de regresar. — Ella, por el contrario, escuchó una tonada de piano, descubriendo así, que el pianista se encontraba cerca. — He regresado a casa.

Masato observo con atención el caminar de Nanami, de una manera apresurada y elegante, ella caminaba por cada escalón para acercarse a él. Sin dejar de mirar aquella expectante escena que, para muchos, no sería interesante en absoluto, para Masato le era importante ver cada segundo de su figura; simplemente, le era imposible no encantarse con esa dulce mirada que le proporcionaba.

— Ah, escuché por un momento su voz, ¿está componiendo una canción? — Intentaba recordar lo que había escuchado. Su sonido de repente resonó en mi transitorio corazón. La cascada de miles no me causó dolor, pero una lluvia de amor traspasó mi corazón distante. Se aprendió la estrofa completa. — Hijirikawa-san, sus letras siempre son tan profundas.

— ¡¿L-La escuchaste?! — Preguntó sorprendido; después aclaró su garganta para intentar calmarse. — ¿D-Debería tomar ese comentario como un cumplido?

— Oh, bueno... no lo sé. — Respondía con timidez, no quería causar que el pianista se molestase con ella por ser tan imprudente. — Cuando volvía a casa, logré ver que los cerezos han crecido... — Cambió el tema abruptamente. — son muy hermosos.

— ... — El peli-azul atinó en mirar hacia la ventana, dándose cuenta que el comentario de la compositora era verdadero. — Los pétalos revolotean... aletean... como si fuese una caída pasajera. Las ramas de los arboles se movían de un lada a otro, haciendo que los pétalos cayeran al suelo y se acumularan como una montaña. Aprendí del final a través de un sueño.

— No quiero molestarle más, me retiro. — Agacha su cabeza en modo de reverencia. — Hasta luego.

Sin decir nada más, Nanami da media vuelta y camina en dirección contraria de donde se encuentra Masato.

Flores de cerezo del color del amor, como una tormenta de pétalos... están soplando alrededor. Fijó su vista al delgado cuerpo de la compositora, la observó hasta que la vista no le dio más. Estos sentimientos se agravan, como si estuvieran a punto de explotar, en un rociado nebuloso que refleja la primavera.

— Espero que Hijirikawa-san logre terminar la canción, el tema que debe abarcar es: una canción excedida de amor, que al cantarla, demuestre que es la manera en la cual un hombre está enamorado. De nuevo, escuchó el tocar del piano; sonrió al darse cuenta que uno de los integrantes de STARISH se esforzaba tanto en su trabajo.

...

Sus compañeros le hacían cumplidos a Nanami por su grandioso talento – como lo hacían siempre cada vez que ella componía una canción –, pero uno de ellos siempre repetía las mismas palabras, como si no quisiese decir las verdaderas palabras que anhelaban decir.

Excelente canción, Haruka. — "Si me hubiese convertido en un adulto decidido, te diría lo que verdaderamente siento."

— Gracias, chicos. — Sonreía ampliamente mientras sus mejillas se coloreaban.

Siendo ya una costumbre, cada uno de los integrantes se acerca a Haruka para abrazarla, a excepción de Masato que sólo le sonreía a lo lejos mientras alzaba su mano.

...

— Ah, no me lleve conmigo un paraguas, ¿qué haré? — La peli-coral veía el cielo nublado, de las nubes bajaban gotas de agua por montón; no pararía en horas.

— Es bueno llevar siempre consigo un paraguas, podrías ahorrarte este tipo de problemas. — Alguien se acerca a ella por detrás, reconociendo esa voz, ve como ella gira su mirada mostrando una sonrisa de alivio. Vestidos elegantemente, compartiendo un paraguas juntos contra el viento de la noche, nuestros getas parecen sonar... dando lugar a una nueva melodía.

— ¿Esa es parte de su canción? — Caminando junto al pianista, alza la mirada para verle al rostro.

— C-Claro. — Avergonzado por pensar que ella casi descubría "su celoso secreto", gira su mirada hacia enfrente; no se atrevía a observarla.

La conversación no continuó, el único sonido era el de las gotas caer al suelo; el silencio de sus voces era doloroso para Masato, quería sincerarse como sus compañeros y superiores, envidiaba a morir que ellos la tocaran de una manera tan casual e "inocente"; sabía muy bien que aquel afecto mostrado no era para una simple felicitación, era una escusa para demostrar su amor.

— ¿Recuerdas nuestros días de estudiantes, Hijirikawa-san? — La compositora inició una conversación para romper aquel silencio incomodo.

Flores de cerezo del color del amor... recuerdan el día de ese largo pasado. Masato recordaba muy bien esos días, los atesoraba en lo más profundo de su corazón – aunque no lo admitiese –.

— Por supuesto, es como una bendición que nosotros nos pudiéramos conocer. Sin darse cuenta, habló de más.

— Yo también pienso lo mismo. — Confesaba. — Me siento afortunada de haberles conocido, son muy especiales para mí.

Los sentimientos de Masato están en su apogeo, como si estuvieran a puntos de explotar por las sinceras y dulces palabras de Nanami; palabras que dolorosamente desgarran su corazón.

— Retomando el tema de su canción, ¿ha logrado terminar de escribir la letra? — Le pregunta vacilante.

— Sí, pero es una ciega canción de amor. Admitía. — Presiento que si la canto para ti será diferente.

— ¿Para mí? ¿Por qué lo dice? — Le hizo "varias interrogantes" al estar tan intrigada.

— Creo que es momento de sincerarme, de una vez por todas. — Detuvo su andar; por reflejo, su acompañante imitó aquella acción. Estos sentimientos se agravan como si estuvieran a punto de explotar, al igual que el sentimiento del invierno esperando la primavera. El peli-azul poso una de sus manos en la mejilla de la compositora. Sintiendo su aliento cálido y estando a punto de tocar los labios contrarios, susurra la última estrofa de su canción. Una canción de amor a los cielos, es la manera en que un hombre demuestra que está enamorada de ti. Perdido en aquellos ojos que brillaban por sí solos, cerró sus ojos para después posar sus labios en la comisura del labio de la compositora.

"¿Mis sentimientos te han alcanzado?

『Amor del cerezo.

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『Amor del cerezo』[Uta no☆Prince-sama♪ - Song-shot: Masato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora