Unico Capitulo.

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-Ho-Hola Kuroko...

-Kagami-kun, esto no puede seguir así...

Kuroko había llegado a la casa de Kagami por 3ra vez desde hace un mes, una que compro junto con el ahora difunto Aomine Daiki. Kuroko visitaba a Kagami después de darle el tiempo que le pidió solo, pero este siempre tenía la casa oscura, y aunque fueran a visitarlo, él no quería prender ninguna, para Kuroko, este era un escape ante la gran depresión y tristeza de haber perdido al amor de su vida.

Hace aproximadamente un mes, el 23 de Agosto, Aomine Daiki en su labor de policía trataba de detener a un hombre armado que traía consigo a un rehén y amenazaba con matarla: Aomine como el valiente que siempre se le reconoció, trato de dialogar y llegar en algún tipo de acuerdo para que no saliera herida la fémina. Fue entonces: cuando al intentar liberar a la apresada, una bala salió de la pistola beretta 92 fs 9mm dando directo al corazón de Aomine, inmediatamente el hombre fue derrumbado y arrestado, el cual decía "fue un accidente, no quise" y si, no pensaba matar a nadie, desafortunadamente Aomine pago por aquel "error de dedo". Sus compañeros presionaban la zona herida tratando de detener la sangre de forma desesperada, Aomine sonrió de lado al ver los rostros frustrados de sus compañeros, sabía que de esa no se salvaría: "Díganle a Taiga... que lo amo, y ...lo cuidare siempre" musito con el último aliento de vida, para cerrar sus ojos con lentitud, aun con los gritos de todos impidiéndole que lo hiciera, lo ultimo en su semblante fue una gran sonrisa: sabía que su esposo lloraría, pero debía sentirse orgulloso de él, porque salvo la vida de alguien, aun si fuera por perder la suya.

Desde entonces, Kagami ha estado desconsolado, llorando día tras noche por su perdida, para él, Aomine era su vida, ¿ahora qué sentido tenia?, pero todo esto duro solo una semana, ya que tres semanas restantes, el comportamiento de Kagami fue diferente, al que ahora muestra: alguien que no sale ni un momento de casa, y mantiene todas sus luces apagadas, además de un rostro cansado y una sonrisa caída.

-Kagami-kun, entiendo que te sientas solo, pero debes continuar, Aomine-kun habría-

-Daiki quiere.

-...quiere que continúes, entiendo que aun te duele, pero puedes continuar recordándolo, pero no aquí, encerrado sin querer ver a nadie... esto no es vida, Kagami-kun.

-Kuroko, estoy bien, no tienes por qué preocuparte, solo, quiero estar solo...

-¿Cuánto más? Llevas ya un mes sin salir de casa.

-solo...él...

-¿Qué dices?

-nada nada, creo que ya deberías irte, se hace tarde.

Kagami empujaba a Kuroko hacia la puerta, con una gran sonrisa, pero totalmente forzada, Kuroko lo sabía.

-Kagami-kun, son las 10 de la mañana.

-¡oh, que coincidencia! La hora de mi siesta, lo siento pero, nos vemos otro día.

Kagami no lo dejo hablar, al sacarlo de su casa cerro su puerta con rapidez, y Kuroko pudo escuchar aquella cerradura ponerse. Para Kuroko, el comportamiento de Kagami era cada vez más extraño. Observo un segundo la puerta de la casa, para soltar un suspiro y caminar de regreso.

A lo lejos se veía una ventana abrirse, observando a Kuroko hasta que su silueta se pierde en la lejanía.

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-Kagami-kun está muy extraño, no sé qué sucede.

-Yo fui a visitarlo ayer, y no me dejo si quiera entrar, me dijo de escusa que había muchas hormigas en la casa y que me picarían- Decía Himuro mientras bebía de la malteada de vainilla que compro, con un semblante muy preocupado, al igual que el inexpresivo Kuroko. -Soy su hermano, el jamás se negaría hablarme, ni aquella vez que peleo con Aomine.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2020 ⏰

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Oscura Agonía | One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora