Irusu ➥ 『 居留守 』

Prólogo

¿En qué momento había ocurrido aquello? ¿Por qué tenía que suceder? ¿Por qué ella?
Cuanto más lo pensaba, más se culpaba. Se sentía débil, sucia, insignificante; su mente insistía en recordarle lo sucedido mientras su mirada se encontraba vacía hacia algún lugar de la oscuridad. Solo quería librarse de ese recuerdo o desaparecer.

Unos golpes resonaron en la puerta metálica, ni se inmutó ante tales ruidos. Creía que volvía para continuar con sus vejaciones.

- ¡Layra!

Aquella voz le sonaba familiar y lejana, quizás por alguna droga o no haber dormido, pero no podía evitar sentir cierta calidez y alivio.
Levantando la cabeza hacia el único lugar por el que entraba luz, pudo distinguir una silueta, no pudiendo ver su rostro. Le vio acercarse a ella y solo pudo intentar retroceder, gritando para evitar que la tocase, provocando el tintineo de los grilletes.

- Tranquila, soy yo. -el hombre la agarró de los brazos para mantenerla fija y que lo mirase a los ojos.- Drako.

Una vez estuvo quieta, procesando sus palabras, pudo ver su rostro gracias a una llama que había salido de su palma; reconociéndolo y no pudiendo contener las lágrimas al comprender, en cierta medida, porqué se sentía a salvo.

- Caleb... -susurró, aún sin creer que aquello era real.

- Soy yo, lagartija. -con ese sencillo mote, dicho con un tono cariñoso, se lanzó a los brazos del mayor y se desahogaba de todo lo que había padecido en todo ese tiempo.

- Ya todo está bien, estamos aquí. -la reconfortó el adulto con ternura a la vez que otras dos figuras aparecían en la estancia.

- ¡Layra! -en esa ocasión pudo distinguir mejor al otro héroe que había aparecido.

- ¿Alik? ¿Papá? -preguntó la adolescente cuando distinguió las otras dos figuras, ambas corriendo hacia ella para poder abrazarla.

Exhausta y sin aliento, la joven conseguía como buenamente podía puntos y obtener una buena puntuación para pasar aquel examen. Ya debía contar con unos 40 puntos por lo menos si no había contado mal, cada vez era más difícil acabar con los robots cuando el resto de examinados se le adelantaban. Observando a su alrededor, los demás tenían habilidades que servían para larga o corta distancia, cosa que ella tenía que suplir con herramientas de soporte; era algo bueno que le permitiesen utilizarlas en el examen.
Todo a su alrededor olía a humo, sudor y metal; apenas podía recuperar el aliento tras derribar a uno de los robots de 2 puntos. Se sentía mareada, nerviosa e ilusionada por igual; hacia bastante que no se sentía tanta confianza en sí misma y lo que eso podía implicar en su vida si conseguía entrar a la prestigiosa U.A.

- ¡Cuidado!

- ¡Corred!

- El robot de 0 puntos.

Los animados gritos de la gente se convirtieron en pánico cuando un gran estruendo se escuchó a sus espaldas, al girarse pudo divisar una gran figura que no se comparaba con los anteriores robots; este nuevo enemigo era uno que debían evitar a toda costa y ahora entendía por qué se lo habían dicho. El robot necesitaba mucho espacio y a su paso derribaba los edificios que formaban aquella imitación de ciudad, todos corrían desesperados y ella era consciente de que debía mantener la calma, pero no era capaz de hacerlo. La exasperación colectiva empezaba a hacer mella en ella; tratando de escapar también, se tropezó con un trozo de robot y cayó al suelo. No le daba tiempo a levantarse, por lo que solo podía rezar para que el colosal robot no llegase a su posición.

Un sonido, diferente a los que estaba provocando el robot, llamó su atención. Era como escuchar rocas rompiéndose a su alrededor, le resultaba desconcertante; cuando abrió los ojos y se giró hacia la fuente de aquel estruendo. Detrás de ella se encontraba un chico de cabellera negra que le estaba dando la espalda mientras rompía los escombros que caían sobre ellos con su singularidad, la cual parecía que le permitía endurecer su cuerpo. Más allá, pudo ver al robot que se había detenido y caía hacia atrás por el ataque de otro aspirante.

Todo quedó en silencio antes de que sonase la señal que indicaba el fin del examen, la zona estaba destruida y algunos de los aspirantes presentaban heridas leves, pero nada comparado con el chico que derribó al de 0 puntos.

- ¿Estás bien? ¿Estás herida?

La voz que sonaba encima de ella sonaba bastante masculina, pero a la vez preocupada y gentil, hizo que alzase la cabeza para ver al chico que la había salvado de los escombros. Se sintió algo intimidada por aquellos ojos rojos y la expresión de seriedad que mostraba su rostro, sus nervios fueron en aumento cuando el muchacho se agachó a su lado para mirarla más fijamente.

- E-Eh, sí. -respondió la morena a la par que se alejaba y desviaba la mirada.

Se levantó tan rápido como sus doloridas piernas le permitían, notando que aquel desconocido imitaba la acción.

Una semana después, la espera era insoportable. La mayoría de sus pensamientos se basaban en si había conseguido la puntuación necesaria en el examen práctico, después de todo no pudo utilizar su quirck ,al menos no en exceso.

Su familia intentaba animarla para que no tuviese los ánimos tan bajos, así que cuando recibió la carta de la Academia. Todos estaban expectantes por ver lo que iba a ocurrir a partir de ese momento.

【 𝓟𝓵𝓾𝓼 𝓤𝓵𝓽𝓻𝓪 】

Hallo~

Aquí dejo el prólogo reescrito de Irusu, considero que me ha quedado mejor que el anterior.

Como ya comenté anteriormente, la obra tal y como está en estos momentos, no me convence del todo, así que mejoraré los capítulos antes de continuar con la historia para darle cierto sentido a todo lo que considero que está mal y se puede mejorar.

Si sois lectores que seguís la obra, me gustaría leer vuestra opinión sobre este nuevo prólogo y lo que os parece; si sois nuevos, os animo a comentar y acompañarme en estas correcciones.

Gracias por vuestra comprensión y espero que lo nuevo os guste más que la cutrada que he escrito hasta ahora.

Vuestros comentarios y estrellitas son bien recibidos.

𝚄𝚗 𝚜𝚊𝚕𝚞𝚍𝚘, 𝙻𝚊𝚢.