Ya había pasado el primer semestre. El joven estudiante se encontraba apoyado sobre la mesa, desviando su mirada constantemente hacia una de las chicas de la segunda fila. Podía notarse cierta molestia e impaciencia en su rostro hasta que esta se levantó de su asiento.
El tiempo parecía haberse detenido, Kuro giró la cabeza intentando disimular un hecho que podría malinterpretarse.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al percatarse de la situación, Hikari se había quedado parada justo al lado suyo, sin decir una sola palabra, ella levantó el brazo. El muchacho reaccionó de inmediato haciendo un gesto extraño, que supuestamente detendría su merecido. Cuando quiso darse cuenta, ella ya se encontraba a varios metros saliendo del aula. Miró el mensaje que Hikari había escrito sobre su pupitre para luego, ignorar completamente la clase y comenzar a seguirla, o al menos ir tras ella era su intención.
Corrió por los pasillos buscándola, asustado y arrepentido, pero no había sido culpa suya. Llevaba meses sospechando que alguien lo observaba, ese alguien era más específicamente Hikari, una chica que había sido cambiada de grupo tras el regreso a clases, ya había oído hablar sobre ella y lo buena estudiante que era, pero no había oído sobre lo tétrica que podía llegar a ser. Había escrito la dirección de Kuro sobre la mesa y el nombre de su hermana, siendo esto una especie de amenaza por haber quedado como un completo enfermo mirándola.
Exhausto se sentó en las gradas del gimnasio y secó el sudor de su frente, sacó el teléfono móvil y comenzó a escribir en él.
"Todo salió mal... Pensaba esperar al final de clases para tener una oportunidad de hablar con ella ¿Qué se supone que quiere? Encima todo se ha complicado y creo que está loca ¿¡Cómo se supone que sabe dónde vivo!? ¡Conoce hasta a mi hermana menor! Sea como sea, ahora debo arreglármelas para pedirle disculpas, sin importar que haya sido ella la culpable de todo esto"
Bloqueó la pantalla y al intentar guardar el aparato de nuevo, escuchó un susurro que parecía provenir de su propia mente. Era una voz suave e ininteligible que cada vez podía oírse más y más fuerte. Llevó sus manos a la cabeza, no entendía que estaba pasando. La voz había comenzado a intensificarse, ahora era agresiva y sonaba como un cántico desentonado.
Destapó sus orejas y de pronto todo cesó. Respiraba de manera agitada y su cuerpo no hacía más que temblar.
Las últimas palabras que oyó antes de caer inconsciente fueron emitidas por un ser situado al costado del joven, cuyo timbre superaba los límites humanos.El tiempo ha llegado.
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『El Humano y la Arcángel』
FantasyKuro: Tiene 16 años. Cuando era pequeño sufrió la perdida de su padre. La soledad y el desprecio que recibía hizo que algo extraño creciera en su interior... Hikari: Arcángel joven que enviaron con una única misión, proteger a Kuro. Aunque ella no t...