Estaba sentada en un cómodo sillón de cuero, color plomo con mi jefe en frente proponiendo algo muy loco y descabellado pero a buen beneficio de los dos.
- ¿Y que me dice, srta Kim? - Preguntó mi jefe, dando su propuesta.
- ¿No sería algo arriesgado? - Pregunté con un poco de temor de que sepan esto y dañe la reputación de él.
- Si lo mantenemos entre los dos, le aseguro que nada pasará, srta Kim - Respondió de brazos cruzados, cansándose de tanto estar pidiendo que acepte, volviendo a su lado de siempre.
- Pero.. - Dije un poco dudosa - Y su familia sabe de esto?.
- No - No demoró en responder, serio - Esto lo hago por ellos.
Ya veo por qué tanta insistencia.
- Pero, por qué me lo pide a mí si usted ya tiene a la señorita... - Me interrumpió.
- Ella y yo no somos nada y nunca fuimos nada.
¡Mentiroso! Si tener una especie de relación sexual no es nada para él, pues para mí sí.
- No estoy segura de hacerlo.
- Mire, srta Kim - Habló al parecer perdiendo la paciencia - Se lo estoy pidiendo a usted porque pensé que sería la más segura en aceptar y más porque últimamente nos hemos llevado bien - Suspiró - La estuve observando detalladamente en todo este tiempo que no hemos estado tratando y me gusta como hace su labor acá en mi empresa, se ve una mujer responsable, amable y madura, alguien en quien fiar, así que, ¿acepta mi propuesta?.
¿Acaso oí bien? Me estuvo observando por ¡casi un mes!, ya veo por qué quería que hiciéramos las pases.
Y ¿Madura? Sí, claro, ¡¿Acaso me veo como una fruta?!
Si acepto y con el tiempo alguien se llegue a enterar de toda esta mentira, eso nos puede perjudicar y si no acepto tal vez y me eche de la empresa.
¡¿Por que me tenía que pasar esto a mi?!.