me quede dormida!!!

29 2 0
                                    

El celular vibra una vez más sobre el buró de madera, tomo una almohada y la presiono fuertemente sobre mi rostro para evitar gritar. 

Es lunes de nuevo.

Quito la almohada de mi rostro y me destapo de una sola patada, tomo el celular y lo veo fijamente aunque todo me parece borroso, cuando por fin me enfoco estoy a punto de gritar.

Stacey:

Si no mueves tu lindo y hermoso trasero tendré que pasar a tu casa y darte de golpes por estúpida.

Respuesta:

¿Por qué no te vas y ya?

Cameron:

Si no llegamos todas juntas no tiene chiste

Respuesta: 

Todas tienen auto.

Stacey:

¡Muévete! Entramos en media hora.

Respuesta:

Ya voy.

Deje el celular en su lugar y camino hasta el armario en busca de algo que ponerme, tomo unos jeans de mezclilla oscuros, una remera blanca simple junto con mi camisa a cuadros  y una de mis tantas converse, en este caso negras . Corro a la ducha y me meto rápido al agua.

Está fría… muy fría. 

Me doy la ducha más corta de toda mi vida, y me cambio lo más rápido que puedo, solo tengo quince minutos antes de que las chicas me maten y no he desayunado. 

Tomo una manzana y un yogurt del refrigerador, me cuelgo la mochila al hombro y salgo corriendo hacia mi bebé, o sea, mi auto.

Conduzco rápido a casa de Cameron, Stacey está ahí junto con ella y solo falto yo para irnos.

Me estaciono junto a ellas, y observo sus rostros enojaos. El lindo cabello rubio y lacio de Cameron cae sobre su espalda en forma de una V, mientras que Stacey despeina sus rizos castaño-rojizos, para verse más “sexy”. Sonrío mientras encienden sus autos y comienzan a gritarme porque llegaremos tarde. Acomodo mis gafas y muevo un mechón de mi cabello hacia tras de mi oreja mientras emprendo camino tras sus autos.

Mamá siempre dice que somos como las tres mosqueteras, o todas hacemos algo o ninguna la hace, es simple, y para nosotras funciona de maravilla… a veces.

Llegamos al estacionamiento y mágicamente todo está lleno… todo. No queda ni siquiera un solo lugar. Maldigo mientras golpeo el volante de mi auto y las chicas me fulminan con la mirada y recurrimos a lo único que nos queda. Aparcar fuera con posibilidades de que nos multe un tránsito.

Bajo del auto dando un portazo y corriendo hacia las puertas mientras escucho a Cameron renegar detrás de mí y la ignoro abriéndome paso hacia la entrada.

Todo está lleno, los pasillos están abarrotados y es lo que siempre sucede después de vacaciones de invierno, hay gente nueva y todo cambia… o eso parece.

Entro a la que supongo es nuestra clase, y solo quedan tres asientos disponibles. Perfecto.

No del todo, están tan separados como mis dientes delanteros cuando tenía once… que malos recuerdos.

Me siento en el más cercano a la pizarra y dejo mi mochila en el suelo mientras espero a la maestras.

Gruño por lo bajo mientras el director Donovan entra al salón y nos da un sermón de cuarenta minutos, con su voz tan estresante, preferiría mil veces una clase de matemáticas sin descanso alguno. O escuchar reggaetón.

Cuando las primeras cuatro clases terminan, el timbre suena y por fin es hora de receso. Tomo el dinero de mi billetera y camino hacia la puerta mientras espero al par de tontas que dicen ser mis amigas.

Cameron me da un golpe en la cabeza mientras Stacey me gruñe y lo único que puedo hacer es encogerme de hombros y caminar. Están molestas conmigo por eso, pero no es mi culpa tener mal dormir.

Tomo la bandeja del mostrador y tomo una hamburguesa con papas fritas, un refresco y una gelatina, camino en busca de una mesa pequeña mientras las chicas me siguen.

Encuentro una casi al fondo de la sala, pongo mi bandeja en la mesa y me dejo caer de lleno a la silla mientras las chicas me imitan.

-Miranda- gruñe Stacey mientras doy un mordisco a mi hamburguesa y la ignoro.

-Si vuelvo a llegar tarde por tu culpa, te arrancaré los pechos.- dice Cameron mientras me fulmina con la mirada.

-Les dije que se adelantaran.- Me enojo de hombros. 

-Sabes que no podíamos hacerlo.- Cameron parece angustiada esta vez.

-¿Por qué?- pregunto

-Es de mala suerte- susurran las dos a la vez. Río a carcajadas mientras ellas me observan

con los ojos entrecerrados.- ¿Qué es tan gracioso?- sus rostros están rojos de la furia.

-Todo.- Río de nuevo.

-Mira, tú, pequeña garrapata con anteojos, si sigues burlándote de nosotras, voy a…

-¿Vas a qué?- pregunto desafiándola.

-Voy a… cancelar la membresía en el club y ya no podrá ir a que te den masajes.- Cameron sonríe victoriosa mientras la miro horrorizada.

-Te amo Cam- exclamo con emoción falsa.- Por favor no la canceles.- ruego.

-No lo haré.- Sonríe.- Pero promete llegar temprano el resto del año.

-Lo prometo.- Digo levantando las manos en signo de rendición.

El receso termina y corremos de vuelta hacia el salón de clases, la clase de biología está por empezar y aún no sé dónde dejé mi libro la última vez.

Abro las puertas del estante mientras los demás toman sus libros de donde los dejaron, maldigo en voz baja mientras sigo buscando y muevo todo. Hago un movimiento brusco y el mueble se balancea hacia el frente haciendo caer los libros que se encontraban ahí –gracias a Dios, eran pocos.- Cierro los ojos esperando el impacto del mueble, pero no sucede. Los abro lentamente y Logan Mooren está deteniéndolo con un gesto burlón en su rostro, suspiro aliviada mientras me pongo de pie y sacudo mi ropa, y recojo los libros del suelo.

-Creo que este es tuyo.- dice Logan entregándome uno, y mágicamente lo es.

-Gracias.- Suspiro cansada tomándolo de su mano.

-Ten más cuidado para la próxima.- dice y se va hacia su lugar.

Llego a mi asiento, y veo que Stacey ha negociado con un chico para sentarse junto a mí, me sonríe y yo lo único que puedo hacer en esos momentos es dejar caer mi cabeza y golpearla contra la mesa. 

****************************************************************

les gusta??? espero que si 

el club de la mala suerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora