Se congeló.
Todos sus huesos y la piel helados.
El corazón se apagaba.
No pudo hacer nada.
Entonces... llegó ella.
Se acercó y con un simple dedo, lo empujó.
El calló.
Su cuerpo congelado iba tocando el suelo.
Empezó a partirse.
Un brazo...
Un dedo...
Una pierna...
La cabeza...
Solo quedaron trozos.
La chica buscó entre los trozos del chico y cogió el corazón.
Se lo comió.
Se lo comió lentamente mientras lloraba.
Lloraba lágrimas de hielo, que al abrirse paso para salir, dejaban un rastro de sangre.
La chica calló al lado de los trozos del chico mientras sangraba por los ojos.
La chica murió.
Murió desangrada.
Unos segundos después, todo se volvió oscuro.
Ahora todo era frío y oscuro.
No se oía nada, no se veía nada.
Solo quedaban los dos cuerpos en el suelo.
Uno unido.
Uno separado.