Quédate Conmigo | Ragoney

Mírame.

Ahora mismo me encontraba en el bus solo reflexionando sobre mi vida estos meses y todo lo que había cambiado, llegué a la academia pensando unas cosas sobre mi que al final resulta que no eran ciertas, he ido creciendo como persona aunque tenía problemas muchas veces con mi actitud a causa del miedo que me daba sentirme así, diferente.

Para mi el amor siempre ha sido muy complicado, desde pequeño se suponía que lo "normal" era salir con chicas porque yo era un chico, y desde que tengo uso de la razón me autoconvencia de que así era feliz, pero al entrar a la academia y conocer a Agoney todo cambió, me puso el mundo patas arriba, me enseñó a querer y a quererme más, me enseñó a aceptar todo lo que estaba pasando en mi vida ahora mismo y se lo agradecería toda mi vida. Ahora todo era más complicado, ya no estaba con el canario desde que su madre falleció, ya no disfrutaba de él, ya no podía apoyarlo en sus días de bajón, ya no tenía derecho a nada con él.

-Hey, ¿qué te pasa? -Miriam se sienta mi lado y al estar sumido en mis pensamientos doy un salto bastante visible.-

-Joder Miriam, me has asustado. -digo claramente seco, no me apetecía hablar con nadie.-

-¿Te pasa algo Raoul? ¿por qué estás así? -dice, claramente preocupada. A veces me pregunto el por que soy tan seco cuando quiero, no me daba cuenta pero así dañaba a las personas que quería y no podía ser.-

-Lo siento, me estaba comiendo la cabeza como siempre, lo siento de verdad Miri. -digo algo triste y le doy un abrazo que claramente me corresponde acariciandome la espalda.-

-Cariño, no puedes estar así siempre, tienes que empezar a asumir todos estos cambios de tu vida, él no está preparado y tu no puedes dejar a perder estos momentos con todos por última vez, te vas a arrepentir más tarde, que nos conocemos. -dice comprensiva y asiento.-

-Tienes razón, si lo sé, pero me cuesta estar feliz últimamente, me cuesta seguir vuestras bromas, todo me cuesta, ni siquiera puedo componer sin mostrar al mundo como me rompió el corazón, como no soy feliz si no estoy con él. -bufo y me cae una lágrima y enseguida con el pulgar me la quita.-

-Venga, ven aquí -dice abrazándome fuerte.- Vas a salir de esta y lo sabes, ahora ve a darle un abrazo a tu primo que está preocupado por ti anda. -me sonríe y asiento, así que voy a abrazar a Sam y me corresponde con una sonrisa triste.-

-Siento preocuparte, estoy bien de verdad. -digo sonriéndole, creo que ni se lo ha creído pero la intención es lo que cuenta.- ¿puedo sentarme aquí a tu lado?

-Claro, quédate aquí con nosotros anda, no te vayas delante que ya te echamos más de menos de lo que nos gustaría. -dice y asiento sentándome para estar más cómodo y apoyo mi cabeza en el hombro de mi primo, porque estaba en un estado de tristeza que ni yo comprendía.

Y estuve todo lo que quedaba de viaje hablando con mis compañeros, y di gracias a Miriam por haberme hecho entrar en razón, ha sido un viaje maravilloso, una vez llegamos al hotel me meto en la habitación y me tiro en la cama, realmente no sabía ni quien era mi compañera de piso, supongo que sería Mimi o Miriam, con las que de normal compartía habitación ya que Nerea dormía siempre con Agoney. Sin darme cuenta me duermo sin siquiera haber desecho la cama.

-Rubio, chs despierta. -noto que alguien me sacude con cuidado para despertarme sin asustarme, pero cuando reconozco la voz me quedo petrificado, así que decido afrontar la situación como una persona adulta y abro los ojos dispuesto a afrontar la realidad.- Menos mal que estás despierto -bufa, como si estuviera aliviado.-

-Mm.. ¿qué haces aquí Agoney? -digo con una voz bastante ronca al acabar de despertarme, mientras me incorporaba con un bostezo.-

-Nerea me ha dado la llave de la que se suponía que era nuestra habitación, pero se ve que no. -dice con media sonrisa.-