Pequeño ángel,
Cuántos días me tiré pensando en ti, cuántas lágrimas solté...
Si pudiera volver atrás, no lo haría. Tal vez seas de lo único que no me arrepiento. Fuiste él único que supo ayudarme cuando más lo necesitaba. Lo viste desde el primer momento.
Me cogiste de la mano y me ayudaste a caminar. Luchaste contra todos esos demonios de mi cabeza y ganaste la batalla. Y a pesar de todo, nunca me dejaste. Soportabas todos mis días de locura, pero también me soportabas en los días que lo único que quería era desaparecer. Y es que con el simple hecho de estar a mi lado me hacías feliz.
Tuve miedo. No sabía que hacer e hice lo primero que me vino a la mente. Era la manera más fácil de demostrarle que ya estaba bien, que ya no era nadie en mi vida y que lo había olvidado todo. Así que te besé y lo fastidié. Por mi culpa discutiste con tu novia y aunque me dijiste que no pasaba nada, que ya hablarías con ella cuando la situación se hubiese enfriado, nunca lo hiciste.
Me sentía tan mal. Había destrozado algo tan bonito que acabé jurándome que nunca te haría daño. Así que volvieron los demonios y lo hicieron para quedarse. Se convirtieron en mis mejores amigos.
Volví con él. Era una manera de dejar de sentir ese dolor. Porque sabía que tu la querías y yo lo había fastidiado.
Así que volví a la misma rutina de antes. Dejé de quedar contigo y con el grupo de amigos, dejé de hablarte y dejé de ser yo misma. Me anularon como persona y empecé a ser una marioneta usada a su gusto.
Mi vida cambió de nuevo. Solo podía tener ojos para él y sino era así se enfadaba y eso no era bueno. Así que se convirtió en el centro de mi vida. Todo era por y para él y aunque en el fondo estuviera arrepentida ya no había marcha atrás.
¡ Dolía tanto ! No podía hacer nada. Te miraba y ya no era lo mismo. Ya no percibía sonrisas de ti sino todo lo contrario. Ya me mirabas mal. Y en el fondo lo entiendo. Pero no quiero aceptarlo.
Mi habitación dejó de ser un lugar seguro junto a mi ángel guardián y se convirtió en el lugar preferido de Lucifer. Con sus poderes quemó todo. No dejó ni una foto, ni nada que me recordara a ti. Solo me quedaba intentar recordar tu sonrisa. Así que me quedé con un momento juntos y lo guardé en mi mente.
Al tiempo me di cuenta de que estaba enamorada. Y era de ti. Creo que desde siempre lo sabía, pero nunca lo llegué a aceptar hasta que por primera vez abrí los ojos de verdad.
Y aquí estoy, lejos de él y de ti. Era lo mejor para mí.
Solo quería pedirte perdón por todo.
No olvides que te amo.
Con amor,
tu bonito desastre.
