Los dedos le temblaban al vertir el líquido humentante en el frasco. Su olor le traía a la mente la imagen del muchacho al que amaba. Tragó saliva. Cuando aseguró el tapón, revisó sus notas para comprobar por decimoquinta vez que no se le había escapado ingrediente alguno. Suspiró, se miró al espejo y se colocó el cuello de la camisa. Una última mirada a su aspecto y salió de su cuarto. Había quedado para desayunar.
—Buenos días, cielo. —Saludó.
—¿Qué tal? —Respondió él sin levantar la mirada del periódico. Ella apartó la decepción como hacía siempre mientras acariciaba el frasco— He pedido por ti. Tostadas con mantequilla y mermelada de naranja y un café manchado con sacarina.La chica abrazó la posibilidad de que su desayuno favorito no hubiera sido fruto de la casualidad.
—Gracias. ¿A dónde vamos a ir?
El camarero apareció con ambos desayunos y los colocó en la mesa con cuidado.
—Aún no lo sé —de nuevo el corazón afligido, tenia que encontrar la manera de que se bebiera aquella poción. Así, él se enamoraría verdaderamente de ella.
—Agh, se me ha olvidado pedir el vaso de agua, ¿puedes ir por mí?
—Yendo —dijo levantándose.
Ella aprovechó que se había dado la vuelta para verter el contenido del frasco en el café de su novio. El olor del chico se imcrementó. Escondió el botecito justo en el momento en el que el chico se acercaba con el vaso de agua en la mano y olisqueando el aire.
—Buah, ¿cuánto perfume te has puesto hoy? Hueles a kilómetros.
—Lo de siempre... —el chico se sentó e hizo un gesto con los hombros que dio comienzo al desayuno.
Se bebió su café de un trago y luego se quedó mirando la taza.
—¿Pasa algo? —preguntó la chica. No había tocado su plato.
—Sabía raro... No estaba malo, pero no sabía a café. ¿Le habrán echado algo?
—No creo, los he visto prepararlo y no me ha parecido que les pusieran nada más que café.
El muchacho, aún extrañado, no daba señales de efecto alguno. Preocupada, envió un mensaje al unico que sabía lo que estaba haciendo, su hermano.
"Pues a mí me ha funcionado" escribió "Ahora mismo vamos a casa de Javi if you know what I mean" Segundos después añadió "Tu poción está bien hecha, te lo aseguro"
—¿Y por qué demonios no funciona? —murmuró entre dientes.
—¿Estás bien? No has comido nada todavía.
—Sí, no te preocupes, estaba anotando una cosa.
—¿Del experimento? —ella asintió— ¿cómo lo llevas?
—No estoy segura, el sujeto no responde.
—Vaya... ¿puedo ayudar en algo?
—De momento no.
—Lo siento... Deberías comer, en serio. —Ella se había olvidado por completo de su desayuno, ya frío, así que se lo comió sin dejar de observar al chico.
El resto del día fue como siempre. Fueron a donde siempre, hablando de lo de siempre con los dedos entrelazados como siempre. Y el muchacho no daba señales de estar perdidamente enamorado como prometía la receta.
Al final del día, ella no pudo aguantar más y le confesó lo que había hecho.
—¿Pensabas que me enamoraría de ti por una poción?
—No sé, es que... a veces te noto tan distante que pensaba que...
—Brujita tonta. Has malgastado ingredientes. Esa poción es inútil si me la das tú. No puedo enamorarme más de ti, con poción o sin ella.
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Amortentia (One-shot)
Short StoryMicrorrelato basado en una de las pociones más famosas del universo Potterhead. ESTO NO ES UN FANFICTION, pero es cortito y se puede disfrutar igual