« p r ó l o g o »

796 64 3
                                    

Cuando eres joven, las cosas parecen ser fáciles. La vida es divertida. Todas las personas son amables contigo. O por lo menos, así es como lo eran con Louis Tomlinson.
Incluso a la edad de seis años, era conocido como el fuerte, vibrante y lindo niño pequeño que vivía con su madre y su hermana. Todos en su barrio sabían quién era, mayormente, porque tenía una ligera adicción con presentarse a todo el mundo. Al menos por un tiempo.
Verás, algo le sucedió un fatídico día de invierno al pequeño Louis, y lo cambió para siempre.
Todo comenzó con una tormenta de nieve y un Louis que no quiso escuchar cuando su madre le dijo que se quedara dentro.
—¡Tengo que ir a jugar mientras esté nevando! —él le había dicho. Tenía que correr y recolectar pequeños copos de nieve en todo su cabello. Y así lo hizo.
Cuando su madre no estaba viendo, se coló por la puerta trasera y salió corriendo directamente hacia la tormenta. Se las arregló para ponerse su cálido abrigo para el invierno, un par de guantes, unas botas, en fin, todo el conjunto. ¿Cómo se supone que iba a saber que no sería suficiente?
Detrás de la casa del joven Louis había un hermoso bosque. Él siempre amó correr a través de los árboles y escuchar el canto de las aves, pero nunca se tomó un momento para realmente mirar a su alrededor. ¡Tenía sólo seis años! Eso significaba que tenía mucho tiempo para ver las cosas. Como ahora, por ejemplo, que corría por en medio de su amado bosque y olvidándose de ver donde estaba ése pequeño estanque que se encontraba en el centro.
En el momento que se dio cuenta, ya era demasiado tarde.
¡Crack!
"¿Qué fue eso?" se preguntó Louis. Se detuvo y, finalmente, miró a su alrededor.
¡Crack!
Y allí estaba de nuevo, ese extraño crujido que parecía venir de debajo de él. Miró hacia abajo y en primera estancia lo único que pudo encontrar fue nieve, pero entonces lo vio. Se agachó para limpiar la nieve y sí, eso era hielo. Una capa muy delgada de hielo cubría el estanque. Miró hacia atrás y pudo ver las grietas en el hielo que se dirigían directamente a sus pies. En este punto, Louis sabía que no debía moverse.
—¡Mami! —trató de llamar a su madre en busca de ayuda, pero se encontró con el silencio.
Su respiración se aceleró y cuando trató de dar un paso adelante, el hielo se rompió aún más.
—¡Mamá! —gritó de nuevo, sin poder moverse.
Louis empezó a llorar. ¡Ni siquiera se suponía que debía estar fuera!
Estaba jadeando mientras las lágrimas corrían por todo su rostro. Continuó gritando por su madre, o por cualquier persona que pudiera ayudarlo a salir de ahí.
Trató de dar un pasó más y eso fue todo. Su pie rompió el hielo y todo su cuerpo entero fue succionado. Él gritó cuando golpeó el agua fría que se encontraba debajo y trató de sujetarse a algo, cualquier cosa para mantenerse por encima de ella.
Se retorció en el agua, mientras trataba de nadar hacia la seguridad, pero todo era muy, muy frío
—¡MAMI, POR FAVOR! ¡AYÚDAME! ¡AYÚDAME!
—¡LOUIS! —giró su cabeza y vio a su madre correr entre los árboles y detenerse en seco antes de golpear el hielo—. ¡Oh, Louis!
—¡Lo siento, mamá! ¡Lo siento! ¡Por favor, ayúdame! —la cabeza de Louis se balanceaba dentro y fuera del agua, con su energía descendiendo al sentirse escapar.
Su madre se quitó la chaqueta y se metió en el agua por él.
—Está bien, mi amor. Mamá te tiene. Está bien —tiró de él a través del hielo y fuera de la laguna tan rápido como pudo. Ella envolvió su chaqueta seca alrededor de él y lo abrazó.
—Hace frío, mamá. Hace mucho frío —la voz de Louis era muy baja y tenía los labios azules. Las lágrimas que lloró se congelaron en su cara y no podía dejar de temblar.
Ella lo levantó y empezó a correr entre los árboles.
—Lo sé, mi amor. Pero estarás bien. Voy a hacer que te sientas cálido.
—Mamá —gimió Louis en los brazos de su madre.
—Resiste, Louis.Tan sólo resiste. Ya casi estamos allí —ella estaba corriendo más rápido, y él pudo ver las lágrimas caer de sus ojos.
—Mami... tengo mucho frío —susurró Louis mientras, lentamente, cerraba los ojos. Lo último que oyó fue a su madre gritando su nombre, antes de perder por completo el conocimiento.

  ❀  ❀   ❀

La primera cosa que Louis notó cuando despertó fue que le dolía la cabeza. Mucho. Todo lo que podía oír era un zumbido lejano en sus oídos. Cerró los ojos y apretó sus manos contra sus oídos. Finalmente, el zumbido se detuvo.

La segunda cosa que Louis notó fue que no estaba en su habitación. Los posters de fútbol y dibujos que normalmente cubrían sus paredes se habían ido. Miró a su alrededor y se percató de que estaba en un hospital. ¿Qué ha pasado?, pensó mientras miraba el aburrido y blanco cuarto. Entonces recordó. Recordó correr por la nieve y los árboles. Recordó la grieta en el hielo bajo sus pies. Recordó haberse sentido más frío de lo que nunca se había sentido antes. Y sobre todo, recordó que su madre lo llamaba y le decía que resistiera.

Sacudió su cabeza, secando las lágrimas de sus ojos. Estaba llorando tan fuerte ahora, sabía que lo hacía. Pero no pudo oír nada. ¿Por qué no podía oír nada? Lloró y esta vez sabía que tenía que haber estado gritando porque vio una enfermera correr por la puerta. Ella fue empujada de lado rápidamente por su madre, que corrió hacia él y le echó los brazos al cuello. Él miró a su madre. Sus labios se movían, parecía frenética, pero Louis no oyó nada. La miró a los ojos y vio pura y profunda desesperación. Ella movió sus manos sobre sus mejillas, sus labios dejaron de moverse y lo miró fijamente. Se giró para mirar a la enfermera, la cual se veía muy confundida y salió corriendo de la habitación. La madre de Louis haló de su hijo más cerca y pudo sentir las lágrimas en su piel, pero aún así, él no podía oír nada.

La tercera cosa que Louis notó fue un ramo de flores. Las más grandes eran de color rosa y blanco, y tenían forma de estrellas. Tenía puntos de color rosa oscuro a su alrededor e incluso desde donde estaba sentado, Louis sabía que olían precioso. Estas flores estaban rodeadas por otras de color azul-purpura, más pequeñas, que tenían dos pétalos y un centro amarillo. Eran hermosas, Louis sonrió sabiendo que eran para él. Sólo deseaba que su madre lo soltara para que pudiera hundir su cara en ellas y sólo olerlas. Y entonces él quería que lo dejaran solo para dedicarse a mirarlas y organizarlas. Él veía flores cuando corría por los campos, pero nunca se detuvo a disfrutar de ellas.

Ahora podía sentir a su madre hablando en contra de su cuello, pero él todavía no podía oírla. Lo único que podía hacer era mirar las flores y abrazarla.  

❀ i can hear your heartbeat ❀  / larry / terminada  (re-subida)Where stories live. Discover now