✨White Lines✨

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Golpe tras golpe era lo que se visualizaba en aquella escena, aquellos acompañados de la voz de un chico de cabellos azules, lágrimas y moretones inundaban su cuerpo, no entendía muy bien el porque se tenía que llegar a estas acciones, acciones tan violentas y bruscas causadas por un solo hombre, uno de piel verdosa, aquel nombre le ponía los pelos de punta a aquel chico, y no sólo de miedo, si no también de amor, se podría decir que hasta de placer.

Pero no siempre las cosas terminaban como el peliazul quería, los golpes se hacían cada vez más fuertes, estos seguidos y acompañando de insultos hirientes y asquerosos, y miradas que atravesaban su interior, insultos y miradas que solo aquella persona le podía proporcionar al pobre chico.

La sangre se empezaba a escurrir en el suelo, cayendo poco a poco y sin previo aviso, esto sin antes pasar por sus labios, aquellas gotas de color carmín valladas de dolor no eran muchas pero mientras más las obligaba a salir más notorias se hacían.

Puños levemente morados se encontraban a la vista de la habitación en la que se encontraban, claro que no estaban solas, estaban acompañadas de arañazos y golpes desesperados en distintas partes de aquella piel de color verde.

Era como el propio infierno marcado en sus cuerpos, pero no todo era dolor entre ellos, a pesar del maltrato y las peleas se amaban, en especial stuart, aquel sentía un amor tan efervescente y fuerte por el mayor, amaba demasiado a murdoc, lo amaba tanto era capaz de hacer cualquier cosa solo por el, lo amara para siempre y hasta el final.

Tenía un corazón tan dulce y caluroso pero a la vez con heridas y miedo, dispuesto a darle todo el amor y cariño que tenia a murdoc, su larga y azulada cabellera lo hacían ver aun mas dulce, y con aquellos ojos oscuros que parecían atravesar el tiempo y espacio, eran como la niebla más escalofriante pero a la vez mas cálida, cosa que lo caracterizaba del resto, cosa que murdoc amaba, amaba aquellos mechones color azul cielo, su azul cielo.

Él amaba tanto esos mechones cielo como al portador de estos, sus besos se dibujaban en la piel del menor, al igual que sus moretones, pero a pesar de eso las caricias nunca faltaban, aunque muchas eran subidas de tono, y a simple vista no se viera él tenía amor y un corazón que al contrario al de stuart estaba nublado,con profundas heridas, pero con una chispa dentro de él, una que solo stuart la encendía

Piel notoriamente de color verde y nariz levemente deformada era lo que aquel poseía, cabello despeinado y cubriéndole parte de sus ojos, acompañado de aquellos bicolores, tal vez murdoc no era el ser mas perfecto y atractivo del mundo, pero para stuart aquel si lo era y mas, tenia amor dentro de el, debajo de toda esa capa de egocentrismo, violencia, gritos y bufos tenia amor, cálido, dulce y bello amor que le regalaba a stuart muchas veces.

"Face ache" lo llamaba a honor a sus dos cuencas vacías que según él atravesaban el universo, hacían juego con su cabello pensaba, era un tonto, un atractivo tonto muy tonto, y no era su culpa, tantos golpes y traumas lo hicieron lo que es hoy en dia, débil, inútil con miedo a las más simples cosas, era débil y caía a pedazos con cualquier acción, pero poseía un cálido y humilde corazón y una inocente actitud, tan Inocente que llegaba a ser estupido.

Murdoc se lo repetía cuando estaba borracho o molesto con el menor, -débil eso eres, idiota- besos y golpes era lo que mas le regalaba, lo golpeaba, lo hacía con ojos ciegos, lo besaba con lujuria, le dejaba las marcas más notorias en aquel pálido cuerpo, ya sea en dolor o placer lo hacía sin cesar.

Caricias y golpes, sangre y saliva, puños rojos y lágrimas pesadas. Pero a pesar de eso stuart lo amaba, le encantaba sentir la adrenalina y los golpes de su contrario, eso era sentir amor verdadero al modo niccals.

Era como si cada golpe lo llevara a una nueva dimensión, lo hacía sentir vivo de alguna extraña manera, amaba la violencia de murdoc sea lujuriosa o dolorosa, Aveces en algunos casos los golpes eran tan fuertes que hacían que sus oídos emitieran aturdidores sonidos segadores y vistas borrosas, era como escuchar música, una dulce y dolorosa música.

"2D", "face ache" "honey" "idiota" no importaba el como lo llamase él respondía de cualquier forma al llamado de su niebla segadora, al llamado de la sangre y los besos, le encantaba cuando murdoc se ponía cariñoso o se emborrachaba aveces, este se ponía meloso y seductor, aveces hacia reír a stuart tales cosas, le decía las cosas más lindas y dulces que aquel podría escuchar, le hacían tener esperanzas en la relación.

Tan dulces, tan tiernas, tan lujuriosas, y tan dolorosas palabras cada una de ellas tenía una reacción afectuosa distinta, los "te amo" tenían un efecto enloquecedor, le encantaban, le fascinaban le hacían sentir especial y amado, infinito.

Los roses, la saliva, los jadeos, jalones, y fuertes embestidas era como estar en el mismo jodido cielo para aquel chico, tan dulce e increíble llenos de emoción y locura, uno que ardía tanto como el infierno, tan lujurioso, tan increíble, enloquecedor.

Los golpes y los insultos le apretaban el corazón, como si de ahogarse se tratara, desesperante, aterrador, sin salida, ahogándote en cada segundo que pasa, pero también eran fascinantes, le gustaba sentir esa adrenalina, le gustaba ver cómo las cosas cambiaban de un momento a otro, como cambiaba de universo, de golpes a caricias, de insultos a susurro tranquilizantes, para stuart cada golpe manchado en su frágil y cálido cuerpo se sentía como amor dulce y tierno amor, amor verdadero.

Odiaba ser así, lo odiaba, pero le encantaba, sus lagrimas caían, caían como la limonada, tan dulce y tan agrias, amar a murdoc no era fácil, complacerlo no era suficiente.

Golpes cada vez más y más fuertes se hacían presentes en aquellos seres, lágrimas y más lágrimas corrían libres y sin restricción, y gruñidos y sollozos inundaban aquellos dos cuerpos en estados de descomposición, que se necesitaban uno al otro para volver a sus estados naturales.

Por cada golpe se descomponían, por cada lágrima se rompían, y por cada beso revivían.

Ultraviolence {Studoc}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora