Pétalo a pétalo.

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Se dice de un viejo campesino que vivía en una cabaña apartada del pueblo, quien era agresivo e impulsivo. En su casa se encontraba una mesa en la cual siempre reposaba una rosa dentro de un pequeño jarrón, la cual había cortado del bosque y prometió cuidarla.

Cada vez que el señor llegaba a su casa, ya sea por un problema que tuvo o algún suceso que no fue de su agrado, golpeaba con mucha fuerza la mesa, y era tan agresivo el golpe que causaba que a la rosa se le cayera un pétalo.

Así fue ocurriendo cada semana, luego entre días hasta que se convirtió en algo diario. La flor poco a poco fue perdiendo cada uno de sus pétalos al igual que su color, de un rojo fuerte y sensual se convirtió en un morado sin vida, su belleza se destruía y el agua no bastaba, ya se estaba marchitando.

Una noche fría y lluviosa el campesino llegó a su vivienda luego de varias horas estresantes de trabajo. Cansado y molesto, iba directo a desatar su ira y estrés golpeando la mesa, pero al verla notó algo que le sorprendió. Pequeñas gotas de sangre se encontraban alrededor y la rosa se había marchitado por completo, había perdido todo su color y hasta el ramo se le pudrió. En ese momento la tomó entre sus brazos con mucho dolor en el corazón y lágrimas rodando por sus mejillas, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse, tanto maltrato acabó con la vida de su mujer.


Antología de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora