– TAMALEEEES – Se escuchó al fondo de la calle, en esa fría y helada noche. –¡UYYYY, ESTO SI QUE NO ME LO ROBARÁN! – Dijo Chanyeol levantándose del sillón y abriendo la puerta de golpe. – Hey hey, cuidadito aventando la puerta. – Dijo Suho saliendo detrás de el. – Se que han estado comiendo tu comida, así qué yo invito. Chanyeol extrañado no sabe si creerle a Suho, pero al final accede. El tamalero resultó ser nada más y nada menos que el mismísimo J-Hope. –Psss ya ven, la tiendita no dejaba nada.– Dijo inmediatamente cuándo Suho lo reconoció. – 30 de rajas, porfa. – Le pidió Suho. – Si mi wero, komo de k no – Le entrego los tamales después de darle el billete de $500. Chanyeol metió los tamales a la casa, y cuándo iba a sacar su tamalito de la bolsa una mano se lo arrebató. Alzó la mirada y Tao se había comido nada más y nada menos que los 30 tamales de rajas con queso. – No mames, que buenos tamalitos, ahora sigue el atole. Cuándo estaba apunto de alzar el vaso, Chanyeol se lo quita. –Ah no hermano, consiguete el tuyo. Esta vez no era el único que no había comido, sino también Suho. Al menos tendrían algo en el estómago. El atolito.
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