El ultimátum de Sonya.

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Era una tranquila tarde en algún lugar del Earthrealm... bueno, bueno, en la lujosa mansión de la familia Cage, para ser más precisos.

Todo marchaba bien, excepto por un pequeño detalle, y es que el jefe de familia, Johnny, estaba aseando la casa bastante desesperado, cosa que le pareció muy extraña a su amada esposa Sonya, quien estaba por irse de vacaciones.

Sonya sabía que su marido tramaba algo y no dudó en hacérselo saber.

—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó cruzando los brazos y mirando a su esposo pasando la aspiradora por toda la casa a una velocidad incalculable.

—Es que quiero dejar la casa reluciente para que te vayas tranquila a tu viaje, sin preocuparte por la suciedad y... todas esas cosas de mujeres —contestó continuando con su labor.

Sonya se puso las manos en la cintura y entrecerró los ojos.

—Invitaste a tus amigos a beber, ¿verdad? —preguntó con un tono que indicaba sospecha.

Cage hizo cara de sorpresa y tras titubear unos instantes, con mucho nerviosismo le contestó.

—¡Disculpa, pero no te escucho! ¡La aspiradora hace mucho ruido!

Entonces la rubia negó con la cabeza y desconectó la aspiradora para que su esposo no tuviera más pretextos.

—No mientas, Johnny. Siempre limpias la casa cuando van a venir esos idiotas. Y además, no entiendo por qué lo haces, si al final dejan la casa hecha un desastre.

Johnny balbuceó sin saber qué responderle, y al ver que no tenía escapatoria, optó por hacerse el ofendido.

—¿Así es como me agradeces? ¿Crees que me estoy aprovechando de que te vas de vacaciones para invitar a mis camaradas?

Sonya guardó silencio, mirándolo con una sonrisa maliciosa.

—Tú lo has dicho.

—Bien, creo que me traicionó el subconsciente —contestó con una sonrisa fingida, al darse cuenta de que metió la pata.

—Unos cuantos años juntos y crees que aún no te conozco lo suficiente.

Johnny no supo qué decir al sentirse atrapado, sin embargo, decidió afrontar las consecuencias de sus actos con... valentía.

—Está bien, está bien, solo quiero beber unos tragos con mis camaradas; no hay nada de malo con eso. ¿Acaso quieres que me la pase aburrido e inerte como una piedra mientras te vas de viaje? Además, Cassie se va contigo, ¿no?

—¡Cassie se queda! —contestó Sonya muy irritada.

Tal afirmación de su mujer lo hizo desconcertarse y molestarse, pues inesperadamente sus planes se vinieron abajo.

—¡¿Qué?!... ¡no!... ¡no!... ¡¿por qué?! —reclamó realmente enfadado.

—No pasas nada de tiempo con Cassie, y esta es una buena oportunidad para que le des tiempo de calidad.

El desacuerdo de Johnny era mucho, pues su pequeña hija, cassie, era apenas una dulce y tierna bebé de escasos meses de edad, la cual requería de toda su atención, y tal caso interfería con su vida social tan preciada para el divo.

—¡No puedes hacerme esto! Llevamos planeando esta reunión desde hace mucho —protestó, logrando que su esposa comenzara a perder la paciencia.

—Cassie se queda y no hay nada más que discutir, así que puedes irles diciendo a tus "amiguitos" que la reunión está cancelada.

Johnny hizo tal berrinche que, simple y sencillamente, no pudo hacer nada más que tartamudear.

—¡Esto no es justo! ¡Quiero el divorcio! —se quejó después.

Buscando a Cassie.Where stories live. Discover now