Era de mañana, ya me había levantado, bañado, desayunado, lavado los dientes, perfumado y me dirigía hacia la universidad. Mientras me subía a aquella micro naranja, observaba a cada persona que esperaba su turno para subir y pasar la tarjeta en el sensor que cobra el pasaje. Había un anciano delgado, canoso, como si de su pelo surgía la nieve por lo brillante y blanco que era, bajo su brazo llevaba el diario del día. Se sentó en el asiento preferente en disposición a leer las noticias del día, mientras que subían un par de jóvenes, amigos por lo que pude deducir, para luego sentarse en la parte trasera de la micro. Ya con la micro en marcha, me coloqué los audifonos y le apreté el botón de "play" para reproducir las canciones que descargué previamente. Para mi sorpresa, el dispositivo partió con un clásico de Soda Estéreo: "música ligera"... Ya comprenderán lo motivado que partió el viaje, tarareando cada estrofa, imaginándome un amor como el de la canción, de música ligera, esa que a todas y todos les gusta. Es una letra y un ritmo que encanta, como cada mujer lo hace a su manera. Escuchaba esta brillante canción mientras admiraba la hermosa cordillera de los andes, aquella majestuosidad bañada de nieve con pequeños tintes verdes y cafés, resaltando por el brillo del sol y un cielo azulado muy claro; era una hermosa mañana que con tan poco, uno queda agradecido de la vida, agradecido de tener otro dia de vida, y vida me refiero a disfrutar de lo que sucede a tu alrededor, disfrutar del sol o la luna, del viento, de lo simple. Esa terquedad que tenemos de entender la vida, como dicen por ahí: "la vida no es una competencia", esa terquedad que nos nubla la vista de lo importante, de lo que a uno de verdad le hace feliz. Es tan gratificante el compartir algo con alguien, algún vínculo, alguna idea, alguna visión, alguna actividad, sin embargo cada vez se hacen mas estas conexiones virtuales, sin el contacto físico, sin el frente a frente. No quiero llegar a una época en la cual dar un abrazo sea imposible; un abrazo te da una conexión única e inexplicable pero tan geatificante que te llena de alegría, de vida. Existen diferentes formas de demostrar cariño, de demostrar afecto: un chocolate cuando estás triste, un "te espero" cuando te sientes solo, un "¿cómo estás?" cuando crees que no le importas a nadie, un "vamos" cuando crees que no puedes más, un buenas noches o buenos días. Soy amante del silencio, amante de la tranquilidad, amante de lo ameno, amante de los gestos, amante de la vida. Estar en silencio con alguien no lo encuentro incómodo, de hecho, siento que es más placentero, se disfruta más de esa compañía abrazados y solo escuchando el latido de su corazón. No todos pensarán lo mismo, pero a partir de esto, se puede decir que cada persona tiene su forma de ser y su forma de vivir, nadie es igual a otra persona. ¿Cómo será el amor para los sordomudos? ¿Cómo será el amor para los ciegos? ¿Cómo será el amor para ti?