22; green.

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Cuando Yoongi asintió G procuró no evidenciar la sorpresa que le causó su gesto casi estupefacto, como si se hubiese transportado a otro lugar por una milésima de segundo antes de volver a ser consciente que estaba ahí, frente a ella. Min se pasó una mano por la nariz como acto reflejo y con un movimiento de cabeza le indicó que se acercara, invitándola a terminar de subir las escaleras.

—Pensé que no vendrías —dijo una vez G llegó a su lado. Ella sonrió de medio lado, apenas visible, negando con la cabeza.

—Sabes que salgo tarde del bar.

—Supongo que esperaba un mensaje o lo que sea —usó el pequeño balcón previo al cuarto oscuro para recargar los codos y parte de su peso.

Ahn se colocó a su lado, observando la fiesta desde arriba. Sin duda era un panorama lleno de descontrol y frenesí que invitaba, quisiera o no, a formar parte de él. Las personas, completamente enajenadas en sus propios mundos y círculos sociales, no se hacían la mínima idea que desde arriba podían ser observados por cualquiera que tuviese acceso a las dichosas escalerillas de metal.

—Y yo supuse que no sería necesaria una confirmación —G soltó una risa nasal secundada por Yoongi, quien le miró de reojo—. Mi error.

—¿Te pasa algo? —cuestionó pasando por alto completamente el comentario de la muchacha.

—¿Por qué habría de pasarme algo? —la diversión en su voz era palpable. Yoongi encogió los hombros con cierta complicidad, señalando la mano de G con el móvil antes de volver la mirada hacia el mar de personas bailando y bebiendo debajo de ellos.

—Estás apretándolo muy fuerte.

G bajó la mirada hacia su mano con el aparato, sonriendo al percatarse de que el rubio tenía razón. Lo llevó al bolsillo de su chaqueta, cerrándolo mientras se acomodaba la melena corta tras la oreja. Sonrió de medio lado y recargó su peso en la barandilla tal como Yoongi lo hacía, observando abajo; a todo el mundo y a nadie a la vez.

—Mi amigo acaba de decirme que no va a venir —encogió los hombros con cierta decepción. Yoongi la miró por el rabillo del ojo y chasqueó la lengua.

—¿Por qué?

—Lo está haciendo de cupido con un amigo en común. Larga historia —rió ante lo que el rubio no tuvo reacción alguna; no una de la que ella se enterase, de menos—. Aunque no estoy segura si es por eso, sólo supongo.

—¿Por qué no le llamas? —sugirió volviendo a mirarla—. Si te molesta el ruido puedes hablar en el almacén. El foco está jodido pero no hay nada más que cajas y mierdas, nada con lo que te puedas asustar.

Señaló con la cabeza el cuarto que terminaba por conectar con las escaleras. G sonrió por el último comentario y asintió, pasándolo de largo hasta adentrarse con cuidado en el lugar. Volvió a sacar el móvil, marcando el número de Jungkook tan pronto como lo desbloqueó. La línea marcó varios tics antes de que la voz de Jeon emergiera de entre el ruido y los gritos de fondo.

¡¿G?! —bramó entre risas, con dificultad—. ¡¿Me escuchas?!

—Fuerte y claro, Celestino —bromeó ella, hablando con bastante más tranquilidad que él—. ¿Al final no vas a venir?

Ahh, lo siento G pero... —chasqueó la lengua— Jimin... bueno, las cosas se complicaron y la ha cagado un poco así que estoy ayudándolo a arreglarlo. Ya sabes, como el genial amigo que soy.

—De eso no me queda duda, Kookie —G sonrió luego de soltar una pequeña risa nasal, negando con la cabeza—. ¿Jimin está bien?

Sí, bien. Un poco borracho, pero bien. Sólo es un idiota —rió ligero y alegre. G supo que él también estaría un poco borracho, pero decidió no sacar el tema a colación—. ¿Está bien por ti?

bruise » bts; mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora