En el filo de la guerra // One-Shot KiriDeku

Capítulo único

Los disparos resonaron al rededor mío, demostrando mi valentía me levanté y seguí disparando.

Nisiquiera el hombre más masculino es capáz de afrontar la guerra sin destrozar su duro corazón.

Su tierna sonrisa me golpeaba con dureza a cada disparo que daba y a cada suspiro que soltaba.

No quiero iniciar éste diario con el típico "Me llamo Kirishima Ejirō", pues vaya penosa introducción para un difunto soldado como yo, o bueno, en caso de que ya haya muerto.

Antes de iniciar con mis apuntes personales, quiero dedicarle ésta libreta a mi honorable padre y a mi hermosa madre, al ser de distintos países, ver que sus orígenes entran en guerra ha de ser muy complicado culturalmente. Además, también desearía que le llegase a una persona de la que más adelante hablaré.

Japón se ha levantado en contra del temible ejército frío, Rusia. Todo ha sido por tal de defendernos de una futura invasión antes de que fuera demasiado tarde. Las posibilidades eran muy bajas, nisiquiera llegaban al 50% de éxito, pues hablamos de una potencia mundial imparable.

Comenzaré a redactar en ésta especie de bitácora todo lo que me ocurra cuándo me tenga que ir, pues cómo yo supongo, seré llamado a la guerra por mi edad.

Implorando a que ésa orden no llegue.

Nota 1

Hoy me encontré con Izuku, se podría decir que mi mejor amigo sin contar a Katsuki y a Kaminari. Quedamos de vernos en el santuario más cercano para pedir por lo que se podría desatar en unos cuántos días.

Alegremente me saludó al ver mi llegada. Siempre me anima ver su radiante sonrisa, me inspira tranquilidad y serenidad.

Saludándolo chocando los puños nos dispusimos a orar. Suelen decirnos que tanto Izuku como yo tenemos un corazón muy noble.

Al terminar, recorrimos el lugar en busca de una sombra cómoda para conversar. Nos sentamos bajo un gran arbol que se veía bastante cómodo.

— ¿Creés que nos elijan para el sevicio militar? — le cuestioné.

— Tu no te preocupes, si nos eligen, hay que dar lo mejor que podamos, y si no, hay que apoyar a los que si — me dedicó acompañado de una sonrisa.

Izuku era menor que yo por 3 años, por lo que había menor posibilidad de que le eligieran, que sinceramente me calmaba un poco. No desearía nunca que Midoriya fuera a la guerra, es un chico muy valioso para el mundo entero, no debería desperdiciar su vida en un campo de batalla siendo un estratega de primera.

— ¿Te sucede algo?

— No, estoy bien... Y tienes razón, hay que verlo del lado positivo.

El día terminó con la incertidumbre del día siguiente.

Nota 2

Podría maldecir todo lo que deseara, pero ya no quedaba vuelta atrás, lo anunciaron por las calles y por carta, fuí uno de los elegidos de apoyo para las primeros ejercitos, por lo que entendí, marcharía a Port Arthur en las siguientes semanas.

Salí corriendo de casa en busca de mis amigos y compañeros, quería asegurarme a quién mandaron y a quién no. Katsuki e Iida también irían, confío en que estarán bien, tienen una excelente condición física y no son para nada cobardes. Kaminari también fué seleccionado, sin embargo, el puesto asignado era de portaestandarte, es decir, llevará la bandera y la levantará al viento. Mentiría si no dijera que es preocupante su puesto, pues es un blanco fácil. Más tarde iré a hablar con él para animarlo un poco.