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Su siguiente tarea por lo menos había sido mejor que la limpieza de celdas. Tenía que responder las llamadas de la línea de emergencia. Bueno, no es que hubiera muchas emergencias ese día de hoy... Una joven mujer se quejaba de que su ex novio estaba asechando su casa, otra llamada había sido de una mujer senil que había perdido su reloj.

Tres minutos después de la conversación tuvo que preguntar para que hubiera llamado. Pero Chanyeol no se quejaba, y si lo hacia la oficial Kwon de seguro lo pondría a limpiar más celdas, por lo que mantuvo la boca cerrada.

Chanyeol ya no había pensado en el prisionero y su penetrante mirada. Se estaba preparando para ir a casa. Los cinco recién llegados estaban en el vestuario quitándose el uniforme.

— ¿Alguien tuvo algo interesante el día de hoy? Porque yo no tuve nada — dijo Jongdae sentándose en un banco mientras se masajeaba el cuello.

— Ella tuvo que vigilar a los prisioneros que venían del patio trasero — dijo Chanyeol que señaló a la chica pelirroja que asintió con orgullo. Jongdae la miró con clara envidia en los ojos.

— ¿Cómo fue? ¿Estaban todos locos y apretaban los nudillos cuando los volteabas a ver?

— Esta no es una película Jongdae.

— Si... pero, aun así.

— Ellos estaban bien, en realidad — dijo la pelirroja soltándose el cabello de la cola de caballo —. No creo que con los que estuve fueran asesinos ni nada... Probablemente solo conductores ebrios y ladrones de bolsas. Quiero decir, que si fueran peligrosos estarían custodiados por más guardias ¿no lo creen?

Entonces ¿por qué ese muchacho tiene dos cerraduras? Se preguntó Chanyeol a sí mismo. Un conductor ebrio o un ladrón de bolsas no necesitaban de eso.

— Pero, aun así — dijo Jongdae con un suspiro, Chanyeol reprimió una risa al darse cuenta de que la mirada de chico no estaba en realidad en los ojos de la chica —. Es mejor que traer la comida y patrullar en los pasillos.

— Cierto.

— Sin embrago uno de ellos es espeluznante — dijo la chica —. Me estuvo mirando a través de su cerquillo, estuve a punto de golpearlo.

— ¿Fue el 815, cierto? — dijo Jongdae en un tono más bajo como si estuviera contando una historia de terror.

— Sí, fue él — la chica vaciló. Chanyeol volteó a ver a la chica esperando que dijera algo más.

— ¡¿Qué?! — dijo Jongdae frunciendo el ceño — El 815 estaba aislado en una zona, eso es lo que escuché. ¿Le están permitiendo ahora estar junto con los demás presos?

La chica se encogió de hombros, no parecía saber cuál era el problema.

— ¿Qué está mal con 815? — preguntó Chanyeol, siendo ahora el centro de atención.

— ...él no sabe del 815 — declaró JongIn con incredulidad, interviniendo esta vez —. ¿Qué persona que estudia para ser policía no sabe nada acerca del prisionero 815?

Chanyeol se sintió estúpido.

— Ella tampoco — acusó apuntando a la chica.

— Fui a la escuela de Japón ¿Cómo se supone que debería saber? — dijo a su defensa.

— Ah, bueno — dijo JongIn —. Creo que debería apiadarme de las pobres almas que no saben nada — tosió y redujo su voz al tono preciso para narrar historias.

#815  CHANBAEKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora