Era un día normal como todos, mi madre se encontraba en el trabajo y mi hermana, realmente no sabía exactamente dónde se encontraba, como casi cualquier día me hallaba sola en casa; la tarde gritaba mi nombre y la luz del sol y el atardecer no tocaban uno solo de mis cabellos, mi espíritu, libre bailaba y cantaba por toda la casa, solo dos horas aproximadamente para estar sola y en tranquilidad, pero ¡Carajo! Dos jodidas horas que gozo como si fueran los últimos momentos de mi vida; 8:30 PM la hora frecuente en que todos vuelven a casa (me refiero a mi casa y hablo de mi madre y hermana) y me arrebatan el silencio y tranquilidad, ese día ya eran pasadas de la hora límite en que llegaban, no le tomé importancia, a veces suelen tardar en llegar, yo seguí en mi mundo, finalmente me quedé dormida, a la mañana siguiente debía ir a trabajar, me levanté, me alisté y me fuí a cumplir otra jornada más, estaba tan apurada que no recordaba que ayer ya no vi a mi madre ni a mi hermana, regresé a casa terminando de laborar y me puse a pensar.
-¿Qué pudo pasar ayer para que no regresaran a casa?
-¿Habrán salido a algún lado sin darme aviso?
Por mi mente pasaron múltiples posibilidades de lo que pudo haberles ocurrido. Mi mente comenzaba a perturbarse con actos tan atroces y despiadados dignos de la mente de un psicópata, decidí que debía despejar mi mente y salí de mi casa a perderme por los alrededores, cabe mencionar que vivíamos en una zona no del todo urbana y tampoco 100% rural; me gustaba pasear por un lugar en específico, una especie de sendero, dónde alrededor habían árboles adornando el simple y pastoso suelo, en verdad necesitaba distraerme y comencé a caminar y recorrer aquél sendero, nunca lo había recorrido tan a fondo, a medida que iba avanzando mi mente comenzaba a despejarse y a pensar en otras cosas...Caminé y caminé, la noche estaba a punto de caer, sin darme cuenta llegué a un punto en el que el sendero había llegado a su fin, ya no había nada, miré al lado izquierdo y a lo lejos pude observar una carretera y miré al otro lado, entonces caminé hacia allá, desviándome del sendero, avancé unos pasos y empecé a notar un olor un tanto inusual y desagradable, seguí avanzando quizá era basura y cuando llegue al origen de aquél olor putrefacto, realmente no era un montón de basura, eran cuerpos en estado de descomposición, uno que otro se encontraba desnudo, etc. Lo que compartían todos estos cuerpos era que podía notarse que les fue arrebatada su alma de una manera sumamente agresiva, múltiples y diversas cortadas, mutilaciones, apuñaladas y demás cosas que mis esferas de visión nunca antes habían observado, había demasiados cuerpos, les eché un vistazo a cada uno de reojo, de repente entre toda la sangre y podridumbe noté un par de cuerpos que aún lucían frescos, me acerqué y me parecieron muy familiares.
Eran los cuerpos de mi madre y mi hermana, ¡Sin vida! No podía creerlo, mi ser se llenó de rabia y estaba al borde de colapsar, sentía demasiados impulsos, vengar sus muertes, encontrar a quien lo hizo, me hubiera gustado decirles algo más, daría lo que fuera por escuchar aunque sea por un momento sus voces, pero lo peor no es el hecho de haber visto esos dos cuerpos fríos y sin vida, NO, para nada. Lo peor fue que mi hermana, esa niña de tan solo 12 años de edad estaba completamente desnuda, gran parte de su inocente rostro estaba desfigurado y sus entrañas fuera de su cuerpo regadas en el piso y bajo ella, un fondo rojo intenso, esa escena fue tan mórbida y llena de horror que quería encontrar a ese bastardo que hizo sufrir así a las únicas personas que tenía en mi vida , caí de rodillas y hecha trizas entre una especie de transe, hasta que de pronto escuché a alguien acercarse, fui a ocultarme del otro lado, era un hombre de gran altura y no podía ver su rostro, lo que podía ver es que llevaba a un niño, supuse que estaba apunto de acabar con el, no lo iba a permitir, menos porque tal vez era el quién le arrancó la vida e inocencia a mi hermana.Me armé de valor y sin hacer mucho alboroto levanté una piedra un tanto pesada, me acerqué y la estampé con la cabeza de ese infeliz, al instante soltó a su víctima y yo impulsiva grité:
El hombre se abalanzó contra mí y empezó a ejercer presión en mi cuello, comencé a sentir la falta de oxígeno; con esfuerzo sobrehumano logré darle una patada en el vientre, cayó al piso, volví a tomar la piedra y la azoté de nuevo, repetidas veces en su cabeza, el alcanzó a clavarme una navaja en mis piernas y cerca de las costillas, aunque no fueron muy profundas, su cráneo finalmente empezaba a partirse, arrebaté la navaja de sus manos y lo apuñalé por todo el cuerpo, llena de ira y placer. Fue una sensación tan difícil de explicar y tan sádica, jamás me había sentido tan viva, empecé a mutilar y a cortar aquél despreciable cuerpo.
Comencé por terminar de destrozar su cráneo, hice mierda su cerebro, posteriormente abrí su pecho y rasgué los órganos, desprendiéndolos de su lugar con furia, perforé sus desgastados pulmones cual globos de fiesta; amputé su asqueroso aparato reproductor con el cual profanó a mi hermana. Fue suficiente, por último, desprendí uno de sus ojos, como símbolo de haber logrado mi cometido, que era vengar la muerte de mi hermana y mi madre quienes ya se encontraban del otro lado. Tomé el ojo que ahora me pertenecía, me levanté y miré al cielo, la luz de la luna nunca antes me había parecido tan bella, iluminando todos los cuerpos sin vida, regresé al sendero y caminé hasta dirigirme de vuelta a mi casa.
Caminé lento pues nunca había llegado hasta ahí y solo para ver la realidad, me dolió la pérdida tan fuerte, pero me reconfortó el hecho de saber que maté con mis propias manos al asesino de mi madre y mi hermana y supe que fue lo que les había pasado, eso dejó en tranquilidad a mi ser momentáneamente, después del largo recorrido llegué a mi casa, abrí la puerta y fui a cambiarme de ropa, la ropa manchada por el crimen de asesinato, bajé y decidí prender una fogata para deshacerme de esas prendas, esperé a que no quedara nada de ellas y fui a bañarme para eliminar la impureza que se apoderó de mí por unos instantes.Me dormí y seguí con mi vida, aunque con un vacío existencial que no podrá llenarse jamás;
- ¿Te preguntas qué pasó con el ojo de aquél hombre?
Se encuentra en mi sala a lado de la televisión, dentro de un frasco.
Y no volví a transitar por aquél sendero... Jamás.
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El sendero
Mystery / ThrillerTodo podría pasar si algún día te quedas sol@ en casa y quién esperas no llega