Saliendo de mi casa aprecie una tarde hermosa, caminando sin rumbo hasta que la oscuridad se apodero del dia y yo sola entre la multitud encontre un bar, sola en la esquina mas apartada de la gente con un hermoso cielo nublado en la misma situación que yo, no sabia si reir o llorar, en momentos dejaba caer sus lágrimas y emborrecia el brillo de la luna, esa hermosa luna que se empeñaba por brillar.