"Los cambios son para los valientes, los cobardes prefieren quedarse donde están aunque no sean felices"
Tantas inconformidades en esta vida, que al no saber por donde empezar, decidimos quedarnos tal cual estamos. Menuda realidad nos hemos tejido a partir de la conformidad. Pues bien, si hay algo que siempre ha cambiado el curso de la humanidad, son los rebeldes, con causa por supuesto; esas personas que se atrevieron a ser diferentes, a enfrentar el pensamiento conservador y abrirle los ojos al mundo.
Pensando en todo eso, no me di cuenta a que hora pasé la puerta de la institución, si ya de por si es raro llegar nuevo a un colegio, lo es aun mas si es el ultimo año.
De todas las escuelas de la zona terminé en la mas grande, la cual aun siendo pública, gozaba de buena reputación entre los ciudadanos por la excelencia académica de la mayoría de los estudiantes, su impecable comportamiento y por supuesto sus valores como personas. Era un espacio de aproximadamente 5 hectáreas, donde asistían al rededor de 4000 estudiantes, obedientes y sin pensamiento critico, podía apostarlo. O al menos eso creía.
Estaba a un lado del pasillo viendo pasar los profesores y alumnos, todos relajados y con el aire de elegancia que brindaba estar en este lugar. Miré mi reloj para hacerme una idea de cuanto tiempo tenia para encontrar el salón, tal vez con un poco de suerte 15 minutos serian suficientes. Sin ninguna idea de donde comenzar a buscar, me despegué de la pared en la que hasta entonces me había mantenido recostado. Si mi memoria no me fallaba la oficina de información para estudiantes de nuevo ingreso se encontraba al fondo del pasillo a la izquierda, el problema era cual pasillo, estaba en el comienzo del pasillo principal, el cual se dividía en tres mas adelante. Siendo un estructura tan emblemática y motivo de orgullo para toda la ciudad, su arquitectura no era muy creativa que digamos, al estilo colonial, con cuatro pasillos rodeando un patio de recreo y cada dos de estos cuadros un terreno de juego. En total eran seis estructuras, cada una de dos pisos y 20 salones, esto sin contar el edificio principal, el cual estaba destinado a oficinas de coordinación y rectoría, el auditorio, el restaurante y unos cuantos clubes que necesitaban mayor espacio como el de teatro o cocina. Este en especial, tenia un diseño bastante moderno que contrastaba notablemente con el resto de la institución.
Ahí me encontraba yo, buscando una oficina en un edificio lleno de esas. A medida que avanzaba por el pasillo y me acercaba a su división pude notar que cada despacho tenia una placa con su nombre a un lado de la puerta y que estas estaban ordenadas alfabéticamente. Primera ventaja del orden, la facilidad para encontrar las cosas, sin embarga yo esperaba divagar por los pasillos un rato mas y con suerte llegar tarde a mi primera clase. Tendría que dejar esa aventura para otro día.
Con esa información tardé cinco minutos en hallar la dichosa oficina. Era una pequeña estancia con paredes empapeladas de diseños de rosas, el marco de la puerta y las ventanas era de una madera oscura con algunos tallados. El escritorio era mas claro y con mas detalles, en tres de sus lados pude divisar grabados de ángeles, flores y una que otra mujer, era toda una obra de arte convertida en un objeto cotidiano. Para completar la saturación de flores habían unos cuadros al oleo de jardines y arreglos florales. Como si hiciera juego con toda la decoración del lugar un señora de avanzada edad y con unos anteojos gigantes esperaba impaciente a que formulara mi petición.
- Vengo buscando mi horario, soy estudiante de nuevo ingreso para el ultimo año en el curso 11B
-Nombre por favor- Dijo con una voz cansada, que demostraba años de experiencia en este lugar, me pregunto cuantas veces habrá oído esa pregunta...
-Damián Santana
Escuché unos cuantos clicks mas en el ordenador. La mujer se levantó de su asiento para caminar dos pasos a la derecha donde se encontraba una impresora. Me tendió la hoja sin mirarme y volvió a su asiento. Le agradecí la ayuda y salí de la oficina.
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Los cambios son para los valientes
Non-FictionPara que mas cuentos cuando existe la realidad