Hinata Akatsuki [EDITANDO] "SasuHina"

Estoy cansada de esto

Narra Hinata

Después de que yo le ganará a Hanabi todos los del clan me trataron mejor y ahora siempre le ganaba en las peleas pero sabía que algo me faltaba. Y la verdad yo ya sabía que era.
No solo el clan me empezó a tratar mejor si no que toda la aldea también. Tsunade Senju la quinta Hokage me empezó a entrenar en secreto cuando estaba libre y me ponía misiones para mí sola, la verdad es que pocos sabían de mi poder. Y esos eran Tsunade-sensei, Kiba-kun, Shino-kun, Kurenai-sensei e Ino-chan que era mi segunda mejor amiga y Temari-chan que es mi primer mejor amiga la conocí en una misión que hice sola en Sunagakure desde entonces me llevo muy bien con ella.
Ahora estoy terminando mi entrenamiento con Tsunade-sensei.

-Bien Hina has mejorado mucho desde la primera clase que te dí, felicidades! Y sigo pidiéndote disculpas por subestimarte.- dijo Tsunade-sensei bajando la cabeza en forma de disculpa.
-No pasa nada Tsunade-sensei lo entiendo, siempre oculte mi poder hasta que el consejo se lo dijo. Así que no importa.- dije con una sonrisa sincera, la verdad me gustaba que reconocieran que se habían equivocado conmigo pero no les tengo rencor.

-Gracias Hinata!!- corrió hacia mí y me abrazó muy fuerte.- Eres un ángel Hinata!
-Jajaja Gracias Tsunade-sensei pero me asfixia.-dije con poco aire. Y me soltó.
-Bueno Hinata mañana continuamos con el entrenamiento te parece?
-Si!- respondí y me fui con dirección al bosque para seguir entrenando

Narra ???

Me encontraba con ??? y ???, Hasta que ambos oímos un ruido de alguien jadeando entre unos árboles me acerqué y ví a una niña cómo de la edad de mi hermano, y miré a los dos que se encontraban conmigo y ambos estaban embobados con la belleza de aquella niña. La verdad era muy hermosa, tenía unas ropas colgadas que cubrían todo su cuerpo tenía cabellos cortos y sus ojos eran de un color perlado lo que me hizo pensar que era una Hyuga. Pero uno de los dos idiotas pisó una rama y la quebró haciendo un pequeño ruido que dudo que ella alla escuchado pero me sorprendió cuando dijo sin darse vuelta:
-Ya sé que están los tres ahí. No hace falta que se escondan no los delataré. Ya salgan!- dijo aún dándonos la espalda.