Estoy aquí otra vez, luchando solo en esta habitación oscura, donde repito cada día mi rutina, estoy aburrido de todo, anhelo la llegada de algo nuevo que me permita ser libre de esta jaula, de este cuerpo. Mi cabello está muy largo, cubre mi vista y hasta cierto punto mis inseguridades.
Aún recuerdo cuando mi madre vio mi primer ataque de ansiedad y pánico, el doctor le explicó a ella acerca de las enfermedades que me atormentaban, no supo cómo reaccionar. El despertar cada mañana y encontrármela, notar que me mira de manera triste y preocupada no me hace sentir mejor, así que crear un muro entre nosotros es preferible, así todo estará bien para ambos, para todos.
Mientras miro la televisión me doy cuenta de la diferencia entre las personas que han logrado sus sueños, y yo, quien sigue aquí sin nada que ofrecer más que lástima, pienso en mi madre quien se pasa los días trabajando sin descansar procurando nuestra felicidad y bienestar.
Con esto en mente un sentimiento se acumula en mí, algo que me hace querer vomitar, llorar, el cual parece no detenerse, no soy nadie, no soy nada más que una carga, mi existencia duele tanto, no merezco ser feliz, merezco el dolor que se apodera de mí, es tan fuerte, siento como si algo me estrujara, y nada pudiese calmar esta sensación, entonces la escapatoria está ahí, tomo cuidadosamente el objeto que me librará de este sentimiento tan triste, tan desagradable. Mis manos comienzan a temblar, no tengo miedo, solo me siento inservible, siento como las lágrimas comienzan a recorrer mis mejillas, entonces sujeto fuertemente este objeto, mi mano vibrante por la furia, así que lo voy pasando lentamente por mi brazo, voy deslizándolo mientras deja a su paso una línea roja y un ligero dolor, sin embargo es tan cálido que me tranquiliza y me hace olvidar casi por completo el sufrimiento que me causa respirar, me alivia tanto que simplemente no puedo dejar de hacerlo, continuo hasta que la sensación de tristeza e ira se alejan de mí... ¡Qué asco me da estar vivo!
Esos momentos de debilidad me dan asco, pero aun así aquí estoy, no tengo el valor para morir, todo lo que deseo es crecer pronto para que la sensación de fragilidad y que todo me lastime, se vaya. Para los adultos es tan fácil lidiar con esta clase de emociones, pero cuando eres como yo, alguien tan enfermo y triste, no conoces cómo manejarlo, es simplemente horrible, necesito que alguien me saque de esto, pero no hay nadie que lo entienda, todos ellos son felices viviendo egoístamente, y mi vida no es lo suficientemente valiosa para que alguien se interese por mí. Pues mi vida, la vida de Byeong Jae (Vinxen) simplemente no es ni vale NADA.
Mis padres deben estar agradecidos de tener a mi hermana, "la hija perfecta", tan contraria a lo que yo soy. Ella representa su orgullo, por llenar sus expectativas, y yo, un estorbo, incluso hay ocasiones en las que no logro tomar mis pastillas.
A veces ni siquiera puedo comprender por qué soy así, ni cómo llegue a estar en esta situación, el doctor ha dicho que debo ser valiente y fuerte, pero eso la mayoría de las veces no me sirve, él no tiene idea de cómo me siento ni de la constante lucha que tengo contra mí mismo y los demás, en las ocasiones que no logro tomar mis pastillas me dejo llevar por la bipolaridad seguida de la ansiedad, que me acorralan hasta destruir mi mente y cuerpo, sin que nadie pueda hacer nada para ayudarme.
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Él cambió mi vida (HaXen)
FanfictionÉl es Vinxen, un chico que todos los días se enfrenta a despertar y pelear contra sus instintos suicidas. En el trayecto de su búsqueda por el amor propio, dejarse envolver por este sentimiento junto a alguien más es complicado para él. Pero al to...