El Doble de Zac Efron

No me di cuenta de que mi amigo se parecía a Zac

 Teníamos prueba de matemáticas y la decisión de faltar al colegio fue puramente estratégica: ninguno de los dos había podido estudiar – yo a causa de mi novia que estaba celosa por algo que voy a explicar más adelante y Nico por vago nomás – así que se nos ocurrió ir al Shopping Mall y sentarnos en el patio de comidas a definir los próximos pasos, especialmente la falsificación del boletín de notificaciones para justificar la falta por enfermedad. Esto no ib a representar ninguna dificulta. Un chico del otro curso era conocido por falsificar cualquier firma a cambio de un alfajor Capitán del Espacio. El compañero falsificador no quería alfajores Havana ni Balcarce ni Terrabusi. Solo aceptaba alfajores Capitán del Espacio que no eran vendidos en ningún kiosko de las cercanías. Se pedían por Internet, lo cual demoraba hasta una semana o teníamos que viajar a zona sur. Todo eso lo íbamos a hablar con una hamburguesa y papas fritas de por medio en el patio de comidas frente al McDonalds.

Nico fue a ocupar la mesa y yo a pedir las hamburguesas. Esto siempre era así. La división de tareas en nuestra amistad no pretendía ser justa o equitativa, apenas respetaba las mejores cualidades de cada uno. Nico era vago. Esa era su mejor cualidad. Su pereza siempre nos había reportado beneficios como ya van a ver más adelante. Por mi parte, yo era bueno en Matemáticas: así que transacciones comerciales versus descanso, a mí me tocaba la compra y a Nico sentarse y mirar el paso de la gente por el Shopping.

Hay momentos de la vida que pasan desapercibidos. Uno se va metiendo en algo que puede cambiar totalmente el curso de los acontecimientos y no sabe exactamente cómo identificar el comienzo de ese proceso. En esta historia, yo sé exactamente cuando todo empezó a cambiar. Había retirado la bandeja y volvía haciendo equilibrio para no derramar los vasos de Coca. Nico estaba recostado en una silla, con los pies arriba de la mesa. El uniforme del colegio a pocas personas le quedaba bien. Después de todo era un pantalón de pana gris, una camisa blanca con corbata y un blazer azul con escudo. Más antiguo imposible. Yo por ejemplo, parecía un chico Amish que había sido abandonado en la ciudad. Nico con la misma ropa del colegio, parecía el hijo de un especialista en finanzas millonario. No me avergüenza reconocerlo: Nico es lindo. El más lindo de la división. Probablemente de todo el colegio. Así como todas las chicas estaban enamoradas de él - las de la misma edad, las más chicas también y algunas maestras por qué negarlo – Nico no les daba mayor importancia. Nunca duró más de un par de semanas con sus novias. Se aburría y además siempre tenía cola de espera, así que no se preocupaba por "el mantenimiento" de sus noviazgos, como hacer regalos de aniversario o recordar los cumpleaños. Ahora bien, está claro que Nico era considerado "lindo" por mujeres y hombres: ojos azules, la línea de la mandíbula bien definida, cuerpo fibroso y deportista y una sonrisa tan blanca que te dejaba ciego. Pero jamás había pensado que se parecía a un actor de Hollywood. Era algo muy raro y tenía que ver con el pelo. Siempre llevaba el pelo un poco largo, le caía un flequillo sobre los ojos y desdibujaba el marco de la cara. Esa mañana, el pelo le molestaba y estaba intentando atarlo atrás con una gomita de librería. Entonces sucedió. Eso que dije antes. El momento exacto en el que todo va a cambiar para siempre. Yo caminaba haciendo equilibro con la bandeja de McDonalds y la mochila hacia la mesa y Nico justo se ajustaba el pelo desde atrás. Al mismo tiempo el cielo se despejó sobre la cúpula del patio de comidas y una claridad iluminó la escena de una forma azarosa, como si alguien aplicara un filtro de Instagram, de esos que mejoran un 20 o 30% al sujeto de la foto. Entonces lo pensé "Nico se parece a..." y al costado venían caminando dos extranjeros como muchos que van al Shopping que está cerca del centro. Supe que eran extranjeros porque hablaban inglés con acento norteamericano y porque sus ropas no eran de por acá. Parecían lookeados para los Grammys o algún otro premio con cámaras y viralización en redes. Los tipos vieron lo que yo vi, que mi amigo Nico momentáneamente se parecía a alguien muy conocido. Entonces se miraron y apuraron el paso para encarar a Nico. Los tres coincidimos en la mesa y Nico levantó la mirada sin entender todavía lo que estaba pasando. Los extranjeros se presentaron en un mal español y cuando supieron que hablábamos inglés, dijeron en ese idioma que eran los dueños de una agencia de Los Angeles y que estaban buscando un doble para un famoso actor de Hollywood que estaba por realizar una gira en Sudamérica. A Nico no parecía importarle el tema. Abrió el envoltorio de la hamburguesa y le metió un mordisco que iba a imposibilitar cualquier palabra en los siguientes cinco minutos. Yo pregunté entonces de quién era el doble y los tipos me miraron extrañados por no saberlo de antemano. Juntos, al unisono dijeron:

- Zac Efron