Capitulo 1

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  -¡Lo siento! –gritó el chico mientras se alejaba.

-Claro –murmuró ella mientras se levantaba del suelo-. Calma Mia, calma –se dijo para tranquilizarse.

Sacó su bastón del bolso y comenzó a caminar en dirección a la escuela cuidando de no tropezarse con nadie más. Mia odiaba tener que usar el bastón para guiarse, pero desde que su braille se había roto no le quedaba más opción, con el braille se sentía un poco más normal, pero con el bastón sentía que la gente la miraba y se compadecía de ella; y lástima era lo último que Mia quería.

Llegó a la escuela, y por el silencio en los pasillos estaba segura que había llegado tarde; caminó lo más rápido que su sentido de vértigo le permitió hasta la dirección y le explicó lo sucedido a la Directora, ésta sabía lo difícil que le estaba resultando a su alumna ejemplar seguir con su vida normal luego del accidente, así que le permitió seguir a su clase sin ninguna objeción por su tardanza. Mia llegó a su clase, guardó el bastón en su bolso y tocó la puerta dos veces-pausa-dos veces.

-¡Pasa Mia! –gritó el profesor Michel recociendo los toques. Ella abrió la puerta y la cerró tras de si.

-Lo siento profe –se disculpó con confianza-, un idota me hizo caer camino aquí.

-Uno: no hables así aquí a no se que quieras un pase a detención; y dos: tranquila, ve a tu lugar –ella asintió y caminó por el pequeño espacio entre los asientos hasta llegar a su lugar-. ¡Oh, Mia! Casi lo olvidaba, tenemos un compañero nuevo en al clase - Mialevantó la cabeza por inercia-, se llama Justin Bieber.

-Un gusto  –levantó su mano en señal de saludo como si hubiera visto un conocido a lo lejos-, soy Mia.

-Igualmente –Mia podía estar ciega, pero no era sorda, y su sentido del oído era mucho mejor ahora, y esa voz...la reconocía, era del chico de horas atrás, que la había empujado y dejado tirada en el suelo.

-¿Tienes el braille encendido? –le preguntó el profesor a Mia.

-De hecho se averió ayer, hoy grabaré la clase.

-De acuerdo, ¿segura no quieres pasar adelante?

-Este es mi lugar, estoy bien aquí.

Para Mialas horas pasaban rápido en Historia, una materia totalmente fácil y detestable para ella, entendía la historia a la perfección, para ella era cuestión de escuchar y no de escribir hojas y hojas sobre la Revolución Industrial.

En cambio para Justin era una tortura, no entendía nada de historia, y ni si quiera una palabra quedaba almacenada en su mente. Eso, sumado a lo mal que se sentía desde que vio entrar a Miaal salón guiada por un bastón; el sentimiento de culpabilidad lo consumió y hacía imposible que prestase atención a la clase.

Tocó la campana y al parecer todos sus compañeros ya tenían sus cosas preparadas porque Mia escuchó como todos se ponían de pie e intentaban salir al mismo tiempo del salón.

-¿Te espero Mia? –le preguntó a Mia 

-No Eva, ve y busca un lugar en el patio, yo te alcanzo en un rato.

-De acuerdo, te espero allá -Miaasintió y escuchó como los pasos de Eva se alejaban. Guardó su libro y la grabadora –aún encendida- en el bolso y se puse de pie de mala gana, recordando que tendría que usar el bastón para trasladarse por toda la escuela. Suspiró profundamente y comenzó a caminar a la salida.

-Oye... -escuchó la voz del chico de antes y paró en seco-. Yo...em...yo... -tartamudeaba el chico, y Mia tuvo que reprimir las ganas de reír.

-¿Piensas decir algo coherente hoy? –lo apresuró.

-Yo...si...lo siento...solo te quería pedir perdón.

-¿Por qué deberías disculparte conmigo? –preguntó inocente,

-Pues....yo te empujé esta mañana, ¡accidentalmente, claro!, yo...yo no te empujaría a propósito y bueno, eh...perdón -Miasiempre había tenido una especie de 'don', tanto cuando veía como luego del accidente, y sabía cuando una persona era sincera con ella, y escuchando al chico sabía que él se disculpaba sinceramente. Miasonrió.

-¿Y por qué te pusiste tan nervioso?-dijo entre risitas y comenzaba a caminar con pasos cortos-, ni que hubieras cometido un asesinato... -al no escuchar las pisadas del chico frenó-. ¿No vienes?

-Oh, si, claro –Justin comenzó a caminar hasta alcanzar a Mia y juntos salieron del salón.

-Entonces...Justin, ¿verdad? –preguntó ella mientras movía su bastón por el suelo.

-Si.

-¿Por qué te cambiaste a Sunfield School?

-A mi mamá la transfirieron por el trabajo, me vine con ella.

-¿Y tu padre?

-No tenemos la mejor de las relaciones-dijo el chico con confianza-, digo, nos vemos seguido y todo eso pero su esposa no está muy de acuerdo con que quedemos en su casa, de todas formas preferimos estar con mamá -Miaasintió-. ¿Tú siempre viviste aquí?

-No, yo nací y viví en New York hasta los 15, un día nos vinimos a Chicago a visitar a unos familiares y en el viaje de regreso tuvimos un accidente y bueno...nosotros nos quedamos a vivir con nuestros abuelos.

-¡Mia! –escuchó la voz de Eva que se acercaba-. Aquí estás, pensé que no habías querido venir –la tomó del brazo y luego miró a Justin-.Gracias por acompañarla... Justin, ¿cierto? –él abrió la boca para contestar pero se detuvo al ver el movimiento brusco con el que Miase deshizo del agarre de su amiga.

-Él no me trajo Eva, veníamos hablando y...¿sabes qué?, no quiero estar al aire libre, te veo luego. Mia comenzó a caminar de vuelta al interior de la escuela dejando a un confundido Justin y una Eva frustrada .

-¿Pasó algo? –preguntó Justin a Eva.

-Si, pasa que metí la pata, de nuevo –dijo ella molesta-. Veras...a Miano le gusta que le tengas lástima o insinúen algo a cerca de su ceguera, y bueno, si escuchaste lo que dije... -suspiró.

-¿Qué le sucedió?

-Mmm, en realidad no tendría que decírtelo yo, pero ella sufrió un accidente junto con sus padres, y el golpe afectó unos nervios específicos y fue perdiendo la vista poco a poco –hizo una mueca.

-¿Crees que se le pase rápido el enojo?

-Si, no te preocupes, siempre que pasa algo como esto ella va a la sala de música y para la próxima clase está como si nada hubiera pasado. En fin, nos vemos luego.

-Claro, adiós.

Sala de música...-pensó Justin. Dio media vuelta sobre sus talones y caminó por los pasillos hasta llegar a lo que él pensaba era la sala de música, levantó la mano para girar la perilla cuando escuchó las armoniosas notas de un piano...  

Te sientoWhere stories live. Discover now