¿Cuales eran mis expectativas para este último año en el colegio?
Intentar disfrutar con mi novio.
Intentar aprovechar a mis amigas.
Intentar no repetir el curso.
Justo en ese orden.
A pesar de que no esperaba nada espectacular, de pronto parecía más fácil escalar el Monte Everest.
Simplemente...
Ya no había un novio.
Mis amigas y yo, teníamos diferencias de opiniones más profundas que si Channing Tatum era sexy o no.
Y química solo tenia números rojos para mí.
La vida se veía como un oscuro túnel, incluso antes de terminar mi primer mes de clases. Y aunque la luz se distinguía al final de este, no encontraba el camino.
Quizás, no quería llegar. Después de todo, la recomendación "No sigas la luz" había sido dicha miles de veces.
Excepto que nadie hablo sobre la luz tocando tu puerta, o compartiendo tus clases de reforzamiento.
Quizás, podía arriesgarme e intentar alcanzarla. Solo un poco.