No pretendía que resultara como nos fue ese día, tal vez y ella estaba muy molesta de repente por lo que le dije, o yo estaba demasiado idiota como siempre; pero Chloe ese día cambió, y cambió completamente…
No era un secreto para nadie que ella era mi mejor amiga, siempre estuvimos juntos. toda la infancia, de hecho, desde segundo grado de primaria para ser más concretos, nos conocimos un día en el que todos se conocen en la típica ronda de niños , y fuimos amigos desde ese momento, ella es extraña. Una chica con el cabello pintado de Rojo, sonrisa bonita y delicada, pero actitud fuerte y potente. No era muy alta para su edad, pero justamente mas que su altura, su genio era letal; siempre me ayudó cuando lo necesité. Su cabello a veces es largo, a veces es corto, no sabría cómo definirlo, supongo que “rebelde” como solo ella lo puede tener. Tenía ojos azules, una rareza de mí vecindario, tal vez y es que su familia venía de otro lado supongo, recién se habían mudado a un condominio cercano al vecindario. Para ese entonces cuando le quise hablar ella solo se limitó a decirme:
—Apestas, chau. Concuerdo en que apestaba, era un niño de 6, se supone que debía de hacerlo…Después nació la amistad; pero no tengo idea de cómo surgió...
—Pues yo creo que las nubes pueden ser cuadradas.
—Y yo creo que tal vez estás loca.— le respondí entre risas.
Estábamos en el parque de la universidad, este sitio era nuestro favorito, estaba lleno de arboluchos flacuchentos, con apenas y un poco de hojas que despejarían la vista de los maestros y otros estudiantes para poder almorzar tranquilos y de paso fumarnos unos cigarros sin que nadie se de cuenta. La hierba siempre era verde ahí, tanto la que usábamos para sentarnos como la que teníamos para fumar. Ella iba vestida con un short de jean sobre unos pants negros, unas zapatillas converse rojas con blanco muy geniales, una camiseta blanca que decía: “fuck you”, con letras rojas; siempre me dio risa esa camiseta, su cabello Rojo no tan fuerte aparte de ondeado y largo era una forma de decirle al mundo que ella luciría como le diera la gana, también una chaqueta amarrada a la cintura, acompañada de unos kilos demás pero no demasiados, aún así, ella se veía hermosa. Su cabello realmente es castaño; pero decidió que iba a ser Rojo desde el 1er año de secundaria, y así fue. Su piel era blanca pero no tanto, ella es muy bonita, y aunque con varios pretendientes, la mayoría de las veces rechazaba a todos porque era una mujer “decidida”, decía ella. Ella quería enamorarse de verdad y no solo buscar al hombre correcto.
Casi todos los días estábamos en ese parque, si no estábamos en clase, claro; éramos aplicados, cada uno con sus metas, cada uno con sus problemas. Me apenaba decirle que iba a dejar la universidad, ella siempre me animó a entrar, y me convenció del talento que podía llegar a tener si lo pulía estudiando con todo el esfuerzo posible.
-Me gusta tu gorra, deberías usarla más seguido. —me comenta mientras se mete a la boca una paleta de durazno.
Yo estaba usando unos pantalones semi apretados, unas converse muy cómodas, mí camiseta gastada de motivos hawaianos color azul, una casaca que ya estaba a Punto de romperse; pero que me encantaba usar, y el gorro que notó hace un momento, un gorro azul, me encanta el color azul. A lo lejos veo que se acerca una figura extraña a nosotros, tal vez y es la hierba que poco a poco invade mi cerebro y lo termina de quemar. Pero no me preocupa, lo único que me puede realmente preocupar es que alguna vez Chloe me llegue a odiar. Pero no creo que nunca pase.
-Oigan, después de la reunión con el profesor, ¿Desean ir a tomar unos chocolates?.- dijo Charlie. Charlie era el tercero de la manada, era nuestro mejor amigo y aunque parecíamos un poco raros cuando estábamos los tres juntos por nuestra forma de vestir y nuestra forma de peinarnos. Así nos gustaba.
ESTÁS LEYENDO
Querida Chloe
Teen FictionFue un día de abril, las hojas caían, de los árboles y aunque no sé porqué; pero Chloe estaba feliz. —¿Y si existieran nubes cuadradas? — preguntaba mirando al cielo aquella chica que siempre estuvo conmigo desde que puedo recordar. —Algo más raro...