—Prometiste que me dejarías para mi cumpleaños —
—Tu prometiste otras cosas, como, no sé, dejarme internarlo en el auto de nuevo —
—¡No es lo mismo! —
—¡No! Porque ser el pasivo es mucho más complicado que simplemente intentar algo de nuevo, Seokjin —
Ahí iba de nuevo. La misma discusión que llevaba semanas tomando lugar luego de cada encuentro de índole sexual.
— A tus otros amantes no les pedías esto, Jin — Reclamó el mayor.
—Pero tú no eres un amante pasajero, eres con quien me acuesto casi todas las noches, quien casi me rompe el maldito trasero y la espalda, así que...— Con una pequeña y pícara sonrisa en su rostro, deslizó su mano entre las sábanas que compartían y apretujó levemente una de las nalgas del mayor, haciéndole pegar un salto.
—No. —
—¡Déjame hacerlo! Te prometo que lo haré bien y te mostraré que puedo hacerte disfrutar mucho también —
—Me haces disfrutar mucho, cuando soy yo quien puede estar dentro de ti —
—Egoísta —
Ese pequeño puchero apareció en los labios de Seokjin, mientras que lágrimas pequeñas como perlas se encargaban de amenazar con salir de sus ojos en cualquier momento. Jin pasó una mano por sobre su pecho, acariciando de una manera tan suave que le hizo sentirse la persona mas cruel y despiadada del universo.
—Yo siempre te dejo hacer todo conmigo — Hipó, acurrucando su rostro mojado en el cuello descubierto de su mayor — porque te amo mucho, y aún así parece que tú no me amas...— su voz fue quebrándose hasta volverse sollozos suaves que terminaron por ganarle a Taehyung, quien se apuró a tomar el rostro de su acompañante y elevarlo para plantarle un beso sumamente delicado.
—Está bien...—Se rindió — mañan-- — Fue interrumpido por el menor, quien sonrió con entusiasmo.
—¡Esta noche! Hoy es mi cumpleaños, porfis — Rogó. Ganando nuevamente.
Al ver que inminentemente había ganado, Jin sonrió victorioso antes de avanzar sobre el cuerpo del mayor, deslizándose nuevamente por las suaves sábanas de la cama de este hasta retirar las mismas y quedar encima del regazo ajeno. Ahora, quien sonreía era el mayor, quien no tardó en posicionar sus manos relajadamente sobre las caderas ajenas para darse el lujo de acariciar la piel del chico con la misma devoción secreta que usaba a diario.
—Voy a darte una última ronda antes de esta noche...— Murmuró Jin, moviendo sus caderas en forma circular, encargándose de que tanto sus sexos, como su entrada, chocaran animadamente contra el miembro del hombre. Podía sentir la fricción hacia su trabajo sobre la zona, endureciendo ambos miembros y calentando sus pieles cada vez más. Aún estaban desnudos por la noche anterior, así que no era muy difícil saber cuándo el otro estaba realmente excitado.
Un profundo gemido escapó de los labios de aquel moreno, lo que fue todo un triunfo para el joven juguetón. El chico, cuya meta era llenar de placer al mayor, se encorvó sin dejar de lado aquel roce de sus sexos; para practicar un lento juego de lamidas en el masculino cuello ajeno. Su manzana de Adán sobresalía mucho debido al ángulo que había adoptado su cabeza, asi que Jin aprovechó su oportunidad y besó esta, ganando otro jadeo del otro. Sus labios eran tibios y esponjosos, era como si una nube rodeara un centímetro de tu piel y masajeara esta hasta hacerte dormir.
Sin embargo, la situación claramente no lo dormía, lo despertaba.
Taehyung adoraba cuando Jin jugaba con su lengua y sus labios deliciosamente sobre su cuello. Pero aquel roce constante y fuerte sobre su sexo, tentándolo a penetrarlo pero sin permitírselo, le estaba sacando demasiado de quicio. No aguantó más, pero no fue brusco, sino que con cariñosas caricias en su espalda, susurró a Jin.
