Prólogo.

73 11 1
                                    

                                                                      0

                           "Good girls are bad girls who hasn´t been caught"

-    Joder, Puto frío.

Audrey resopla frustrada y se abraza a sí misma ntentando entrar en calor mientras que yo la envuelvo con una manta que casualmente he encontrado en el maletero de mi coche. Me lo agradece con una sonrisa para después volver a posicionar el vaso de café entre sus labios. Está realmente malo, lo sé por la mueca de disgusto que recorre su rostro ahora que lo ha probado.

-     ¿De dónde has sacado esto, Elle?- Pregunta dejando el ridículo envase de plástico en el suelo- Sabe a rayos.

-        De una máquina que había en la puerta de un videoclub. No he encontrado nada mejor- Respondo sincera, encogiéndome de hombros.

Ella asiente y vuelve a sentarse. 

Llevábamos prácticamente todo el día allí, hasta ahora ni rastro de los chicos. Al principio me pregunté si es que nos habíamos equivocado, pero la gran cantidad de fans en la puerta (alrededor de doscientas) me afirman lo contrario. Todas parecen estar cansadas y afónicas, incluso han dejado de cantar. Aún recuerdo el momento en el que llegamos, todas parecían tener mucho aguante, gritando a pleno pulmón  y coreando cada una de sus canciones; Pero quien las mira ahora, muertas de frío y casi dormidas.

Cómo mi mejor amiga y yo no parecíamos estar mejor decidí buscar una cafetería o algo parecido abierto para comprar alguna bebida y cenar algo. Pero fué en vano, terminé en una calle totalmente desierta sin teléfono móvil, y no tuve otro remedio que gastar gran parte de mi dinero en un taxi.

-           Pero estos tíos... ¿No duermen?. Se supone que hace horas que han llegado y por aquí ni han aparecido. 

Sé que está enfadada, y lo comprendo. Ella ni siquiera es su fan, y yo la estoy obligando a quedarse conmigo en la calle por nada a cambio. Además ha tenido que aguantar cinco horas de coche y otras diez de pié a pleno sol. Reconozco que hace un buen esfuerzo en resistirse a matarlos en su mente de mil maneras distintas.

-            No creo que tarden mucho en llegar- intervengo yo, intentando defenderlos de alguna forma.

-                  A saber que están haciendo- continúa Audrey- Fijo que están en alguna discoteca, ¿Donde sino a estas horas?.

-                    Que va- Respondo segura- Enseguida llegarán, ya lo verás.

-                    Eso espero.

¿Qué puedo decir? Las once de la noche y ni una señal de ellos. Las chicas que nos acompañan cada vez se muestran más preocupadas y yo no puedo dejar de morderme las uñas. Algunas lloran, pensando que algo malo podría haberles pasado. Pero a diferencia de ellas, yo me mantengo firme, con una sonrisa en la cara intentando animar a todo el mundo. También entramos al hotel, pero al igual que nosotras, también los están esperando y no tienen idea de donde pueden estar.

Audrey se entretiene hablando con el hermano de una de las muchas fans, y por lo que veo parece divertirse.

-                  No os preocupéis chicas.... estarán al caer.

-                  Ya sabéis como es aquí el tráfico, seguro que están en algún atasco.

Excusas. Excusas y pequeñas mentiras con las que intento aliviar al resto, pero que sin embargo no funcionan en absoluto conmigo. Sigo igual o incluso más nerviosa que antes. 

Pero en cuanto menos lo esperábamos, una furgoneta negra se detiene frente a nosotras. Por unos segundos, todo el mundo permanece inmóvil, hasta que de ella sale un hombre fornido, de piel oscura y completamente vestido de negro acompañado de cuatro más que comparten su misma apariencia. Tres de ellos se posicionan delante de las chicas y las barreras que las separan de un pequeño pasillo por el que se puede avanzar a pesar de la gente; El último abre la puerta trasera. Todo son gritos cuando Harry Styles pone un pié en el suelo. Muchas de las fans intentan hacer presión para avanzar un poco más, y estár todavía más cerca de su ídolo, pero los guardias las empujan en sentido contrario a pesar de sus súplicas.

-                ¡Harry, Harry!.

-                ¡Te amo!

-                ¡Hazte una foto conmigo!.

Él no parece tener consciencia de su alrededor, nos ignora completamente. A pesar de todo, las demás no se rinden, siquen intentando captar su atención. Dos mujeres se bajan también del vehículo, una rubia y una pelirroja, que enseguida se acercan al cantante y lo agarran cada una de un brazo, para luego empezar a avanzar hasta el hotel.

Una barrera de chicas furiosas impide nuestra visión, y yo me fuerzo a colocarme de puntillas para poder ver mejor la escena. Las fans están totalmente enfadadas y no responden a los guardias de seguridad, los cuales ya habían empezando a ponerse violentos al comprobar que ninguna parecía escucharlos ni tener interés en acatar sus órdenes. Uno de ellos me empuja hacia atrás y el movimiento consigue derramar el café rancio sobre mi camiseta favorita, la cual había decidido estrenar para la ocasión.

Resoplo frustrada y Audrey intenta quitarme la mancha frotando con un pañuelo, sin embargo, solo consigue que esta se amplíe.

-              Déjalo Drey, no va a salir- Digo yo, intentando por un segundo mantener la calma. No sé si me ha escuchado, por lo que lo vuelvo a repetir mucho más alto.

Asiente con la cabeza tirando el papel húmedo al suelo  y ambas volvemos la vista a la puerta giratoria que conduce al vestíbulo del hotel. Ni rastro del trío.

"Hasta aquí hemos llegado".

                

GrouppiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora