MissCelos (parte única)

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Arthit revisó las notificaciones de su móvil antes de salir. Su amigo Prem le había enviado un último mensaje revelándole la localización exacta de Kongpob: un famoso restaurante que ambos frecuentaban. Mordió su labio inferior con rabia y quiso reventar el celular contra el piso. Estaba indignado de que se atreviera a llevar a su AMANTE al mismo sitio donde ellos festejaban siempre las fechas importantes de su noviazgo.

Intentando tener autocontrol sobre sí mismo, se relajó y se convenció de que era lo correcto, que estaba en todo su derecho de saber con quién se reunía SU novio y que no estaba siendo un endemoniado celópata al perseguirlo. Se dijo así mismo que tenía motivos suficientes. Qué cada noche llegaba más tarde al departamento que compartían, que cada vez se tardaba más al responder sus mensajes, que ni siquiera intentaba encubrir las llamadas y mensajes que todo el tiempo recibía de aquella mujer que Kong aseguraba ser su cliente pero que lo trataba de "cariño" y "querido".

Él ya no soportaba su descaro y si pensaba que su novio le vería la cara de bobo estaba muy equivocado. Arthit no iba a permitirle que jugara con su reputación. Y si quería un escándalo telenovelesco, lo tendría. Él le daría una lección muy valiosa a aquella mujer: «Nunca toques lo que es pertenencia de Arthit».

Llegó al sitio donde Prem le indicó. Su amigo estaba allí también disfrazado como un ladrón de baja categoría para "pasar desapercibido" aunque Arthit creía que así llamaba más la atención que vestido como habituada.

—¿Dónde está? —preguntó impaciente. Prem le hizo un gesto con la cabeza indicándole la mesa desde su posición. Arthit observo a través del gran ventanal del sitio y casi se cae de espalda al notar que no solo la traía al restaurante que compartían sino que también se sentaba con ella en SU mesa. Definitivamente dejaría calva a esa mujer. —Puedes irte ahora. —gruñó él. Su amigo asintió un poco inseguro por el estado fúrico tan evidente de Arthit, pero luego de meditarlo le dio un par de palmadas compresivas en su espalda y luego se retiró. Definitivamente no quería estar allí cuando su amigo cometiera un crimen.

Casi sin notarlo, Arthit se adentró al sitio. No sabía de dónde había sacado tanta valentía para hacerle frente a un engaño pero en aquel momento se sentía invencible. Si Kongpob pensaba que lo conocía estaba muy equivocado, él no sabía quién era Arthit realmente. Nadie, NADIE jugaba con él.

—¡P'Arthit! —Se sobresaltó Kongpob, cuando sus manos golpearon tan fuerte la mesa que el menor pego un pequeño salto en su sitio del susto.

—¿Te diviertes con tu amante? —el veneno en sus palabras fue evidente para su novio quién estaba algo conmocionado aún por su repentina aparición. 

—P'Arthit. —Kongpob se puso de pie un poco molesto y lo tomo por el antebrazo, aplicando algo de presión. Su presencia no era para nada reconfortante en aquel momento. —¿Qué estás haciendo? —susurró bajo. Intentando no llamar más la atención de las personas allí reunidas.  

—¡Suéltame! —se liberó bruscamente de su agarre. —¡¿Traes a ésta zorra al mismo sitio que tú y yo venimos?! ¡¿La sientas en nuestra mesa?! ¡¿Cómo puedes ser tan cínico?! —gritó a todo pulmón. La mayoría de las personas en el restaurante ya tenían sus ojos sobre ellos.

—P'Arthit, baja la voz por favor. Estás confundido, no es lo que piensas... —Kongpob intentó calmarlo pero Arthit se molestaba el doble cuando alguien intentaba tranquilizarlo

—¡¿Qué no es lo que pienso?! ¡¿Entonces quién mierda es ella?! —gritó descontrolado. Su rostro estaba enrojecido y no porque sintiera vergüenza de que todos allí se enterarán de que Kong era su pareja, sino de la rabia que lo invadía de que lo estuviera engañando con aquella mujer.

MissCelos (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora