Hoy despego mía.

Capítulo uno.

—No sé por qué accedí a acompañarte.

—Porque somos familia.

—Siempre te refugias en lo mismo.

—Deja de ser tan agonías, socia. Lo vamos a pasar bien.

—Define bien.

—Ponen buena música.

—Existe Spotify.

—¿Estás comparando la música de Spotify con la música en directo?

—¿Va a tocar Imagine Dragons o algo por el estilo?

—Eres insoportable— él alza la mano y llama la atención de uno de los camareros, que se sitúa en el extremo de la barra para recoger su pedido —Dos mojitos bien cargados.

—Marchando—el camarero le dedica una sonrisa y acto seguido vuelve a desaparecer.

El sitio no es muy grande, pero al menos es acogedor. Se trata de un bar estilo vintage situado en la avenida principal de la capital, por lo que el número de personas que reside en su interior es completamente predecible incluso antes de entrar. La decoración también es predecible; paredes de madera y pizarra, luces de neón, obras de arte moderno, cuerdas con bombillas iluminando toda la sala, barras, mesas y sillas también de madera y un pequeño escenario al fondo. Ella destaca sin duda la estantería acristalada con libros feministas y novelas clásicas. No tarda en reconocer algunos títulos que incluso tiene en casa. Piensa en acercarse para echar un vistazo más de cerca, pero no quiere dar una sensación equivocada a su familiar, así que se mantiene sentada sobre el taburete de cuero y apoya los brazos en la barra. Justo en la pared de enfrente hay un cartel negro con frases escritas en tipografía clara y definida. Reconoce algunas frases casi sin dar demasiadas vueltas. Pertenecen a filósofos,escritores, pintores y grandes pensadores. Hay una de Frida Kahlo que le llama profundamente la atención. Dice así "al final del día podemos soportar más de lo que creemos" Coincide con el significado. Pero además, es la única frase de Frida que tiene tatuada en el cuerpo. 

Una casualidad maravillosa, piensa.

Quizás ha hecho bien en acompañar a Peyton hasta allí.

Peyton es el joven de pelo platino, barba castaña, tatuado y de aspecto "marronero" que tiene sentado a su izquierda. En otras palabras; es su hermano.

Y su mejor amigo.

Y como es su mejor amigo, no pudo negarse ante la propuesta de ir hasta el bar para disfrutar de una noche de actuaciones gratuitas. En realidad se puso demasiado pesado y ella no tuvo otra que darle la confirmación que esperaba. Ni siquiera sabe de qué va el asunto de las actuaciones, así que se acerca a Peyton y le pregunta al respecto. Él le contesta que todos los viernes por la noche, el bar contrata a artistas jóvenes y con talento para que toquen versiones de canciones o incluso sus propias canciones en el escenario. Mierda, piensa ella con ironía. Su esperanza de ver a Imagine Dragons se desvanece por completo. Pero decide darle una oportunidad porque cree firmemente en el talento individual de las personas que desean empezar en un mundo tan complicado como es el musical.

Además, Peyton tiene buen gusto. Confía en su criterio. Y si ha querido arrastrarla hasta ese bar en concreto es porque las actuaciones deben estar a la altura.

Se relaja cuando el camarero les lleva los mojitos y en seguida revuelve el líquido, la lima y los trozos de limón con la pajita. Para cuando ella da el primer sorbo, su hermano ya se ha bebido más de la mitad. Así es Peyton; siempre empieza fuerte.

Pero la noche terminará aún más fuerte.

Un rato después ambos están concentrados debatiendo sobre la justicia española y sus consecuencias, utilizando de ejemplo uno de los casos más sonados actualmente; el caso de La manada. Cada uno aporta su opinión personal a favor de la víctima y en contra de los cinco violadores hasta que llegan a la conclusión de que la única justicia que rige el país tiene como fondo el patriarcado que siempre favorece al hombre y excluye a la mujer. Ella afirma que las mujeres no tienen voz, y que nunca son defendidas debidamente. Él continua alegando que para que la justicia crea y acredite a una mujer, ésta debe aparecer muerta.