One-Shots Anime💕

Kaneki

—Kaneki-kun—llamé dulcemente a mi novio, quien se encontraba con la cabeza metida entre las páginas de un nuevo libro que le regalé por su cumpleaños. Al ver que no me atendía, me puse a su lado en el sillón, poniéndome a gatas y ojeando un poco la parte del libro que estaba leyendo.

—Kaneki-kun...—susurré. De nuevo, no me prestó atención para seguir absorto en las letras del libro. Solo levantó un momento la mirada para pasar de página. Con un puchero, apoyé mi mejilla en su hombro y volví a llamarle.

—¡Kaneki!
El ghoul de pelo albino dejó escapar una leve risa de sus pálidos labios, mientras cerraba lentamente el libro, dejando el marca-páginas entre las hojas de papel. Dejó este objeto sobre la mesa de café a nuestro frente y, por fin, desvió su alegre mirada de ojos grisáceos a mí.

—¿Qué pasa, princesa?—cuestionó con un tierno tono de voz que amaba escuchar.
Me tumbé en su regazo y acaricié tímidamente su mejilla con las yemas de mis dedos mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios.

—Nada—dije—, simplemente quería un poco de atención—puse de nuevo un tierno pucherito, inflando los mofletes y frunciendo los labios—. ¿O prefieres seguir leyendo?

Ken tomó con delicadeza mi mano y depósito un beso en esta, haciendo que un ligero rubor tomará mis mejillas.

—Ningún libro contiene las historias que puedo crear contigo.

Sentí como mis mejillas se calentaban y enrojecían, aún con mis dedos cayendo sutilmente entre los de Kaneki. Él sonrió y besó mi frente. Yo no dejé escapar tal oportunidad y rodeé su cuello con mis brazos para besar esos jugosos labios de piel pálida que tanto me gustaban.

—¿Quiere mi princesa ir a cenar fuera está noche?
—Sabes que no, tonto. Tú no puedes comer comida normal.
—Mecachis, cuando estoy contigo se me olvida que soy un ghoul—volvió a besar tiernamente mis labios, para luego apartar de mi rostro un mechón de pelo _____ y mirarme fijamente a los ojos—. Contigo me siento humano de nuevo.

En aquel momento debía de estar completamente roja. Kaneki era el único capaz de hacerme ruborizar así, y eso era algo que amaba de él. Sonreí y susuré un "te quiero" contra sus labios para luego besarle de nuevo.