Parte 1

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Nunca lo vi venir. Mierda, creo que nadie lo vio venir. De la noche a la mañana el mundo como lo conocíamos con sus praderas que se extendían por kilómetros, sus bellos paisajes que la gente ansiaba visitar al menos una vez en su vida y transformarlas en postales, su gente que día a día "luchaba" por "sobrevivir" a su rutina diaria: dormir, ir a trabajar, pagar cuentas, tragarse la misma comida chatarra de todos los días, comprar el nuevo producto basura de moda, sentirse miserable e incompleto y luego repetir el ciclo. Todo eso se fue al carajo en un abrir y cerrar de ojos; lo que vimos al abrirlos sorprendió a algunos, atemorizó a muchos y despertó a otros. Estábamos frente a lo que quedó de nuestro mundo luego del caos: la Desolación.

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28/08/2023

"Esta jodida gente le encanta aparecerse en el peor momento posible, ayer mismo tuve que deshacerme de un indeseable que trató de robarme lo poco y nada que me va quedando. Trato de no cargar con mucho y viajar sola, los grupos solo me retrasan.

En unos días debería llegar a mi destino: Valtian, la ciudad oasis..."
-Fin del informe diario.

"Carla...cada día es más difícil sin ti..." pensé mientras acomodaba la "acogedora" habitación del motel a medio camino en la carretera hacía Jonon, una pequeña ciudad sin mucha importancia además de ser un pequeño centro de mercado, algunos bares y posadas, lo típico de un asentamiento destinado a re-abastecer viajeros. Aún así es algo pintoresca.

Luego pasaría por Arlen, un pueblo donde puedes re-abastecer algo de combustible, si puedes pagarlo claro. 

Por ultimo está la Estación Mollit: una especie de aduana ubicada estratégicamente en el comienzo de la península donde se encuentra Valtian. Lo característico de esta aduana es el muro detrás que impide completamente el paso por tierra si no es por la Estación, suerte en intentar escalar su medio kilómetro de altura sin ser descubierto por las patrullas terrestres y ni se te ocurra el intentar cruzar por el océano: las patrullas marítimas te atraparían de inmediato y por si fuera poco, corre el rumor de que existen minas subacuáticas en el perímetro y nadie es lo suficientemente valiente para correr el riesgo, al menos aún.

La vida es así ahora: te dedicas a viajar, recolectar todo posible tesoro, venderlo por algo de comida y agua y repetir, a no ser, claro, que seas de la gente acomodada, esos malditos que se adueñaron de todo lo necesario para sobrevivir desde el día uno y que hoy en día se aprovechan de ello para mantener sus lujos. Están dispersos en diversas ciudades y pueblos y suelen ser parte de la administración de esos mismos lugares: alcaldes, jefes de gobierno, consejos y demás. Los políticos codiciosos no se acabaron luego del fin del mundo.
Aquellos que no prueban suerte recolectando basura ni son siquiera cercanos a los acomodados suelen viajar por el páramo haciendo lo posible por sobrevivir: forman sus propios refugios, escarban entre los escombros cualquier cosa que les sea útil, son mercaderes ambulantes o simplemente se vuelven forajidos y asesinos. Estos últimos son los que más abundan en tierra de nadie y no cruzarte al menos una vez con algún grupo es tener bastante suerte.

La oscuridad de la noche ha envuelto todo el motel y sus alrededores, revisé el lugar unas 3 veces mientras colocaba trampas cazabobos en caso de que algunos de esos criminales se cruzaran por el lugar e investigaran en busca de tesoros. Entre tanta basura de la antigua civilización encontré algunas provisiones suficientes para unos dos días más de viaje y algo de munición, nada de gasolina, dinero o joyas. 
La gasolina es un bien muy preciado hoy en día que por mucha suerte no cayó en manos de ningún burgués, de hecho, existe un acuerdo entre la población de que nadie puede privatizar el combustible pero que aún así debe pagarse con la excusa de "mantener lo poco que queda de civilización", para mi son puras patrañas pero al menos puedo pagarlo con Joyas, el medio de pago favorito de la gente acomodada. Resulta que el mundo se puede haber ido al demonio y que quizás nunca vuelva a ser como antes pero la gente con lujos seguirá con la ambición de acumular más riquezas, aún cuando a nadie le preocupa el lujo antes que la comodidad y algo de comida y agua hoy en día, pero eso no importa mientras sigan entregándome suministros a cambio de rocas sin valor.

Al fin, recostada sobre el viejo colchón king size, me dispongo a recuperar energías para afrontar los peligros del próximo día, yo y mi confiable escopeta.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2019 ⏰

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