Buenas noches, ángel mío. [ EunHae ]

No sabes cuánto te necesito.

El suave sonar de la lluvia contra su ventana lo perdía, y la permanencia del gélido ambiente que estaba presente en su cuarto sólo profundiza su sentir “qué cliché” pensó DongHae para sí ante la circunstancia, fue mientras que caminaba a través del pasillo que conectaba a su habitación cuando un golpe impactó sus pensamientos, su memoria, sus recuerdos lo estaban apuñalando.
Llegó a su dormitorio y dejó su cuerpo caer libremente en el colchón de su habitación, cerró sus ojos por inercia con la intención de descansar, lo necesitaba.
No, otra vez no, ¿por qué los recuerdos debían invadirlo en este entonces? Estaba completamente sólo, no tenía compañía, sólo dos semanas había pasado desde la última vez que había sentido la calidez de un añorado cuerpo ajeno abrazándolo, esos fuertes brazos, lo protegido que se sentía entre ellos. ¿Por qué tenía qué sentir esto? ¿Por qué simplemente no podía sobrellevar las cosas sin problemas? ¡Dejar de pensar en él! ¡Detente!

— HyukJae...

Escuchó como su voz se quebraba, a pesar de que el golpe de las gotas de agua incrementaban notablemente.
Suspiró con fuerzas llevando sus manos al rostro propio presionando de éste, no podía aceptarlo, no quería, pero era imposible, realmente lo extrañaba, ¿a quién engañaba? necesitaba tenerlo a su lado, su sonrisa, su forma de ser, su estúpida forma de ser, las veces que lo hacía reír, su torpeza, la forma la cual estando con él se sentía seguro, amparado, como todo desaparecía a su alrededor ante su presencia... con él se sentía completo, esa bella risa que tenía, joder, realmente seguía enamorado de alguien quien no estaba y que quizás no podía verlo más, ¿y cómo no? Él había sido el único quien le brindaba comprensión, su tiempo, y sinceras palabras cuándo se sentía mal y no tenía ha nadie, cuando estaba en su peor momento, era su único pilar, sólo lo tenía a él, siempre fue así, y ahora... Él... No estaba, no estaba junto a esa persona quien le compartía todo, e incluso el más bobo suceso del día.
Lo extraba, lo quería a su lado.

— ¿Por qué aún no vuelves? No sabes cuánto te necesito.

Masculló retirando pausadamente sus manos del rostro, fijando su vista en la empapada ventana, la lluvia en algún momento había cesado dejando ver un despejado y nocturno cielo, junto con una bella luna en su máximo esplendor, sus comisuras se vieron curvadas en una sonrisa, sus ojos cerraron y se acomodó en la cama, un nuevo recuerdo apareció en su mente.
Dos hombres, mirándose, sonriéndose, embobados, enamorados. Uno de ellos podía sentir la calidez y suavidad de las manos del otro sobre su mejilla, murmurando con amor todos sus sueños, aquel futuro juntos como eternos enamorados. Uno que el destino no tenía planeado. Preparados para descansar uno de ellos comentó:

«Buenas noches, ángel mío»

— Buenas noches, HyukJae.