❝Un poco de amor❞ ❬Tomo 4: Kpop❭

04 - El canto de la sirena (Bwoo)

Título: El canto se la sirena
Pareja: Bwoo
Grupo: KARD
Extensión: 1044 palabras
Tipo: One Shot
Concurso: CaveCrew

[Esta historia participó en «La cueva de los sueños: fantasías escritas»]

• ────── ✾ ────── •

•Matthew•

Siempre estuve enamorado de ella, de su sonrisa, de su mirada, de su voz. Cada vez que la escuchaba cantar era como volar al paraíso.

La amaba.

Sin embargo, jamás pude entender su miedo al agua, creí que tal vez debía protegerla pues había sufrido mucho.

Yo creí muchas cosas, menos eso...

«¿Porqué me alejas de ti? Dímelo.

Puedo decir que no estas serio.

¿Porqué sigues alejándome? Puedo sentirlo.

Puedo hablarte de ésta forma.

¿Porqué no me dices nada?

No contestas, I apologize

Tú eres al único que amo.

No puedo dejarte ir, serás mío por siempre».

Ella estaba cantando. Su voz me trasportaba a algún tipo de paraíso, escucharla me daba una sensación inexplicable. Era como una droga que no puede salir tan fácilmente del sistema.

He de admitir que me había enamorado de Jiwoo desde hacía mucho, y aunque había mil razones por las cuales la amaba, la principal era porque su voz me llenaba.

Y por llenar, me refiero a ese vacío que te deja la soledad...

Desde que llegue a Corea, ella ha sido la única que me ha apoyado en cualquier sentido del que se hable. Ella es mi amiga, mi soporte, mi vida, mi todo.

«Te necesito en mi vida.

Te hablo de esta forma.

Vuelve a mi vida, no puedo dejarte ir.

Serás mío por siempre».

Ella terminó de cantar y sonrió para su publico, entre ellos yo. Me quedé observándola por unos minutos, admirando su belleza, su elegancia, su ser en sí.

Ella me vio y amplió su sonrisa, bajó del escenario y se acercó a mi.

—Matthew, pensé que no vendrías.

—Jamás me lo perdería.

La abracé y besé su frente, sonreí para mis adentros disfrutando cada momento. Nosotros siempre hemos tenido mucha química, sin embargo, jamás me he atrevido a decirle lo que siento por temor a que ella me aleje. No soportaría estar lejos de ella, tengo la necesidad de protegerla, y eso sólo puedo hacerlo estando a su lado.

—Mattew, ¿Te apetecería ir a pasear? Mi recital ha terminado y siendo honesta, no quiero estar aquí.

Ella me miró suplicando que aceptara.

—¡Claro que si! Te llevare a comer y después habrá una sorpresa.

—Uy, una sorpresa. Me encanta.

El viaje a un modesto restaurante fue realmente tranquilo, ambientado con una fresca melodía. «Hola, Hola» cantaba Jiwoo al ritmo de la canción y acompañado de un pequeño baile dentro del carro.

Cuando llegamos al lugar, tomamos asiento y mientras esperábamos por nuestra comida ella me contaba mil y un historias que solo me mostraban lo genial que era ella.

•••

Caminamos un poco mas, la brisa nos golpeaba el rostro de una forma tan sutil, tan gentil que casi podía decir que estaba volando.

El olor del mar inundaba mis fosas nasales, ese era mi lugar favorito.

Seguí guiando a Jiwoo hasta llegar a la orilla del mar, y solo cuando estuvimos lo suficientemente cerca le solté la venda.

Creí que al ver tan hermoso paisaje, ella mostraría algún signo de felicidad. Pero su rostro... su rostro reflejaba horror.

—¿Qué sucede Jiwoo?

Cuestioné inmediatamente, ella intento correr lejos pero la detuve y la abrace tan fuerte como pude sin lastimarla.

—Yo sé que tienes miedo del agua, pero no vamos a entrar, solo quiero compartir este sitio. Jiwoo, yo te..

Su voz me interrumpió, estaba muy agitada, estaba temblando.

—No, Mattew. Yo...

Ya era un poco tarde y la marea estaba subiendo, las olas eran cada vez mas salvajes. Una de ellas nos toco.

Jiwoo palideció al sentir el agua en sus pies y de inmediato cayó al suelo. Una luz cegadora emanaba de su cuerpo, tape mis ojos y cuando creí que ya era seguro mirar, me descubrí.

Pude ver algo que jamas creí que existía, algo que pensé que solo se podía ver en libros infantiles o novelas juveniles.

Jiwoo era una sirena.

—Jiwoo...

Ella me miro y entre sollozos logro articular algo.

—Matthew, yo te conozco desde hace mucho. Incluso desde antes de que llegaras a Corea. Estuve a tu lado cuando tu creías que lo habías perdido todo...

No podía creerlo. Cuando perdi a Somin en ese fatal accidente, creí que ya no tenia sentido mi vida. Después de su funeral iba todos los días a una pequeña playa cerca de mi casa y ahí me quedaba por horas hablando con el mar. Llegue a creer que estaba loco porque siempre creí que alguien me escuchaba y cuidaba de mi...

...Ahora veo que siempre tuve la razón.

Me acerque a Jiwoo y la abrace, sin ser consciente de mis actores la bese y comencé a llorar. Había arruinado todo.

—¿Ahora que va a pasar, Jiwoo?

Cuestioné tratando de calmarme, ella me miró y tras varios largos minutos de silencio ella habló, aun sollozando.

—Realmente no hay mucho que hacer, cuando fui con mi padre, él me concedió el deseo con la única condición de jamás volver a tocar agua salada, pues si lo hacia, volvería a mi estado normal y jamás podría verte de nuevo.

—¡¿Qué?!

No podía creerlo, yo no no podía vivir sin ella, no podía y no quería hacerlo.

—No, no, no. Jiwoo, debe de haber una forma de poder estar a tu lado. Jiwoo yo te amo.

Ella me miró y esbozó una cálida sonrisa, diciéndome con ese gesto lo mucho que ella también me amaba.

Y sin decir palabra alguna, ella se fue.

La ví marcharse del lugar, de mi vida. Para siempre.

•••

Esa noche la marea estaba tranquila, observaba el horizonte mientras una sola persona estaba en mi mente.

Desde que ella se fue, mi vida no ha tenido sentido, me he sentido sólo, sin razón de existir.

Y justamente, esa sensación fue la razón por la cual termine de nuevo frente al mar.

Camine a la orilla, era como sí mi cuerpo no respondiera a mis ordenes. Caminé tanto que la marea me llegaba al cuello. Dejé que mi cuerpo se relajara y la calidez del agua me envolviera.

A mi mente llegaron todos los buenos momentos que pasé a su lado, y poco a poco se fueron desvaneciendo.

Todo se volvió negro, todo dejo de doler.

Me convertí en parte del mar, me convertí en parte especial de ella. De Jiwoo.