Final Masquerade

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Disclaimer: Los personajes de Supernatural no me pertenecen sino a Eric Kripke.

NA1: ¡Hola a todos! Este One-shot surgió después de ver los capítulos 9 y 10 de la T9, cuando Sam se entera de todo lo que hizo Gadreel estando en su cuerpo. Mi mente no estaría en paz hasta que plasmara la idea, así que… simplemente un poco de drama emocional por parte de Sammy.

NA2: Este fic no está corregido (lo siento Andridia no pude resistirme xD), así que cualquier error recae en mi persona.

Espero que lo disfruten.

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No es que a Sam le gustase ponerse en modo de “la vida me odia” o “estoy maldito”, porque seguramente sería así. Cuando él nació, no sólo se había escrito que sería uno de los chicos de Azazel y por consiguiente el recipiente de nada más y nada menos que del mismísimo Lucifer. También se había escrito a fuego que él sería el causante de apagar más vidas que cualquier parca, o así lo veía él.

Después de todo lo que le había costado hacer las paces con su inmensa culpa, por haber estado matando por un año a personas inocentes cuando anduvo por la tierra sin alma alguna, y cuando al fin pudo irse a la cama sin ser agobiado por los rostros repletos de pánico y suplicas de clemencia de sus víctimas, viene su suerte y la caga nuevamente. Como siempre sucede cuando queriendo remendar ese agujero negro que ha creado a lo largo de su existencia, todo sale mal. Él debió de haber sabido que las cosas nunca salen como las planeamos y si ocurren así, entonces están destinadas a fracasar a lo largo del camino.

Por dos razones había matado al perro infernal en aquel granero. La primera y más importante, para salvar a su cabezota hermano mayor, y la segunda, para realizar las pruebas y ayudar a cerrar el infierno, ya que después de todo lo ocurrido en el pasado es lo menos que la humanidad merece de él. Un sacrificio, pero al parecer ni eso puede hacer bien.

Él quería poder redimirse en algo, ser un 5% de la cura y no el 95% de la plaga que ha sido desde siempre.

Ahora todo es entendible, los agujeros en su memoria o el no sentirse como el mismo de siempre, ahora todo encaja en su mente. En un momento se encontraba en el bunker investigando sobre una cacería y luego de la nada podía sentir en sus recuerdos más ocultos los gritos de Kevin, antes de caer muerto a sus pies. Otra vez sus manos se habían manchado de sangre y la vida de un amigo había sido apagada por él. Sin importar las veces que su hermano le dijese que no era su culpa, que había sido el ángel dentro de él. Había algo que Dean no entendía, cuando Gadreel puso la mano sobre la cabeza de Kevin, era su mano la que colocaba y por medio de ella su joven amigo moría, él pudo sentir cada fibra de dolor y desconcierto en la mente del profeta y esa culpa no se lavaría con las palabras de su hermano o con el saber que su cuerpo estaba siendo controlado. Porque al igual que hace un año cuando su cuerpo estuvo sin alma de cierta forma queriendo o no, se había convertido en una navaja afilada y su única función había sido matar.

Claro que estaba enfadado con su hermano, pero ¿cómo culpar a Dean por haberlo engañado para ser el recipiente de Gadreel? Si el mismo hubiese recurrido a lo que fuese necesario por no perder a su hermano, lo que Dean había cometido había sido un error. Fue engañado cuando necesitaba una solución a la inminente muerte de su hermano menor. Había sido un gran error, pero por razones justificables, pero en cambio cuando el mató a Lilith y automáticamente terminó liberando el último sello que libero a Lucifer, todas sus razones habían sido simplemente por pura y mera venganza por la muerte de Dean, y cuando intento remediar el error decidió saltar a la jaula sin saber que terminaría volviendo, como tétrica leyenda urbana y solamente para causar sufrimiento.

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