20.- La abuela y el niño.

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Nos encontrábamos frente a un edificio viejo con las luces tenues que provenían de una lámpara vieja, se podían observar 4 ventanas y en 2 de ellas había luces encendidas, Ann tocó la puerta 4 veces, del otro lado se escuchó una voz suave pero un poco rasposa, era de una mujer mayor sin duda, la misma que Ann había mencionado antes.
Abrió la puerta lentamente y apuntó con una lámpara de luz segadora hacia nuestros rostros y después al suelo, camino lento a la salida.

-¿Quién es?- la señora miraba a todos lados, sus ojos completamente en blanco daban escalofríos pero su tes parecía amable.
-Señora Tydes, soy Ann, recuerda, nos renta un cuarto a mi y mis hermanos cuando visitamos el pueblo- Dijo Ann con voz amable.
-Querida ¿cómo has estado?-dijo mientras tomaba una de las manos de Ann la cual se había quitado uno de los guantes y tendido hacia la señora.
-Hace tiempo que no venías para acá, uno de tus hermanos está adentro con Phillip, están viendo televisión, ven pasa niña afuera hace frío-. -Gracias señora Tydes, traje a una prima, me gustaría presentársela- Ann me indicó que me acercará y me agachara a la altura de la señora, retire la máscara de mi cara y una sensación de miedo me invadió por un momento, la señora amablemente me saludo de beso y paso sus manos en mi rostro y brazos, al tocar mi cabello fruncio el ceño un poco.
-Vaya niña debes ser muy bonita, ¿cuál es tu nombre?-
-Mi nobre es _____ Señora- dije amable.
-que nombre tan bonito, tus papás si que lo escojieron bien- me dijo sonriendo mostrandome unos dientes rectos y medio amarillentos.

En la cabaña estaba Toby, con un niño muy blanco, de cabello castaño y ojos grises, se parecía a Toby, pero con cabello sumamente lacio, tenía pecas en sus mejillas y sobre la nariz agileña, también lunares y 2 de ellos llamaron mi atención pues estaban alineados cada uno en un espacio ubicado cerca de la nariz y arriba de la zona donde algún día le crecera bigote, era muy delgado y tenía sus manos grandes y huesudas, se acercó a nosotras y nos saludo, con respeto pero parecía tenerle miedo a Ann, deben ser sus cicatrices ya que dejó la motosierra fuera de la casa, al saludarme a mi centro sus ojos en los míos, sus ojos eran hermosos pero reflejaban tristeza y soledad, seguro el se encargaba de cuidar a su abuela, no había señal de sus padres ni de otra persona que viviera en la casa.

Subimos Ann, Toby y yo hacía la habitación de arriba, seguro ahí se quedaban ellos cuando venían.

-¿Qué ocurrió? ¿por qué están aquí? Dijo Toby con una cara de extrañeza y a la ves de preocupación.
-No atacaron la cabaña pero aparecieron los tipos de las capuchas.
Dijo Ann -Masky y Hoodie fueron a buscarlos- intervine de manera rápida - Al igual que al operador- dijo Ann seguido.
-Es un riesgo inecesario,¿por qué lo hicieron?- Toby parecía molesto pero tenía razón pues no sabíamos cuantos de ellos eran realmente, ni sabíamos si eran los mismos de la vez pasada.- aún así es bueno que vinieran-. Dijo después de un silencio incómodo, nos indicó donde dormiriamos y acomodamos algunas cosas.

Estábamos sentados todos en una mesa redonda, la señora y Ann nos servían comida, Toby y el niño aún jugaban y se reian, no puedo creer que siendo personas crueles puedan reír y sonreír así, realmente no se lo que sientan pero aún así, mataron personas, quizás no había otra forma. El niño volvió a posar sus hermosos ojos en los míos.

-Me gustan tus ojos- dijo de la nada -mi nombre es Phillip Jahir pero me llamame como más te guste-.
-a mi también me gustan tus ojos Phillip Jahir, te diré Jahir, ¿te parece bien ?- le dije sonriendo, en chico sólo movió la cabeza afirmando y sonrió un poco.

La cena fue sopa de lata caliente y ensalada de verduras de lata igual cocinadas con un poco de carne, nadie comentó nada durante la cena pero Jahir tenía que limpiar a la abuela cada vez que se le resbalaba de la cuchara y caía en su ropa, aunque la señora podía percibir donde estaban las cosas, el caldo y movimiento de su mano hacían que se culumpiara y cayera, la casa parecía muy vieja, más que casa parecía un refugio, como en las cintas que nos ponen de historia donde pasan fotos de refugios en la segunda guerra mundial, estaba la pared cuarteada y con un poco de humedad, estaba pintada de un beige muy gastado y algunos lados tenía color verde menta, estaba amueblada con muebles de madera resistente, no se veían varados como el resto de la casa, contaban con televisor y una reproductora de vídeos, había también un reloj muy viejo como de los 30's y 40's, igual y la señora vivía aquí desde finales de la segunda guerra mundial.

Mientras miraba todo el alrededor y observaba los pequeños detalles de la casa, los penetrantes ojos blancos de la señora me miraban o al menos eso sentía yo, un escalofrío recorrió mi espalda, pues sus ojos no se separaban de los míos muestras fruncia el ceño, me atemorizaba, pero más que temor, me hacía sentir incómoda como cuando de niña sabía que había hecho algo malo y mi mamá lo sabía, así sentía.

Hoy es 26 de marzo del 2018, el sol comienza a atravesar las cortinas de la casa, mi preocupación aumenta y me da miedo saber más acerca de las personas encapuchadas.

 

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2018 ⏰

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La Linda Peliroja. Masky Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora