dark red » kurt cobain.

━ TWO.

La tensión jamás había sido tan palpitante como en ese preciso momento.

Al encender la luz, podía verse claramente el humo del cigarro en el aire. Cuántos habían consumido, un número secundario de saber pese a que Kurt estaba centrado en contar las colillas sólo porque quería evitar a la mujer que estaba acostada detrás suyo. 

 —Ni siquiera te pusiste duro. —Courtney lleva sus manos al torso desnudo de su marido, quien se mostraba indiferente—. ¿Qué pasa?

—Cuando te dije que me esperes aunque voy a llegar tarde, era para hablar. No para follar —expresa el rubio con amargura, aplastando el cigarro en el cenicero.

Love suelta un gran suspiro, como si estuviera protestando. Se sienta sobre la cama y lleva las sábanas a su pecho desnudo—. Pensar que es así como resolvemos casi todo y ahora te niegas.

—Precisamente sobre eso quería hablar. —Kurt seguía sentado al borde de la cama, dándole la espalda y mirando a la rubia por encima de su hombro—. Hemos dado un espectáculo gratis delante de mis amigos y colegas.

Courtney rodea los ojos, a la vez que se estira sobre la cama para agarrar la caja de cigarros y encender uno—. No es la primera vez que sucede.

—Pero sí la última. —Larga Cobain con frialdad y seguridad, dejando a su mujer estupefacta—. Esto es todo lo que hacemos, Courtney. Pelear, compartir la mesa con nuestra hija mientras estamos enojados. Follar y drogarnos. ¿Cuándo fue que pensamos que eso era la solución?

—¿A qué quieres llegar?

Lentamente, Kurt se da la vuelta sobre la cama. Una parte de él se derrumba al ver a la rubia con los ojos llorosos y el cigarro en la boca, consumiéndose sólo.

—¿No estás cansada de toda esta mierda?

Toma las manos de ella en forma de consuelo, pero Courtney las saca inmediatamente, haciendo que él aplane los labios y mire a cualquier otra parte.

—¿Estás sorprendido? ¡De esto se trató desde que nos conocimos! —La rubia grita, sin importarle que a dos habitaciones estaba su hija—. No estoy cansada. Si lo estuviera, me hubiera ido hace tiempo. 

El cigarro cae en el suelo en cuanto el rubio se tira sobre ella, llevando las manos de la mujer sobre su cabeza. Cuando las miradas de ambos se conectan, podían ver el claro cansancio y saturación de lo mismo de siempre, de las mismas situaciones enfermizas de siempre.

—Lo dices como si fuera fácil para mí. —Kurt habla mientras observaba la expresión melancólica de la mujer bajo él que ni siquiera ponía resistencia—. Frances... Esa niña es lo mejor que tengo. ¿Lo sabes? Lo sabes. Por supuesto que lo sabes —expresa, comenzando a reír, como si estuviera caminando en la cuerda floja de su cordura—. Somos un desastre, pero queremos lo mejor para ella. Y esta relación definitivamente no lo es. Prefiero arreglar las cosas antes que tenga más consciencia.

—Otra solución...

Cobain intensifica el agarre en las muñecas de Courtney, quien hace muecas de dolor pero no sale ninguna queja de su boca.

—Cuantas veces... —Kurt finalmente cae sobre el pecho de la mujer, respirando hondo, probablemente reprimiendo dolor o enojo, algo tan insignificante de saber—. Nos perdimos intentando encontrarla.

Podía decirse que fue la conversación más tranquila que tuvieron en toda la relación. Sin embargo, la falta de coraje no dejaba a Kurt decir una palabra tan simple como divorcio.

Después de todo, ¿él realmente lo quería?

—Seguiremos con esto más tarde.

En cuanto se levanta, ve el pecho de la mujer húmedo. Su mano viaja a su mejilla, a sus orbes azulados. Húmedo. Gotas saladas habían abandonado sus ojos sin siquiera darse cuenta, hundido en la duda y la sorpresa. Ve a Courtney acostada, mirando a cualquier parte de la habitación y él entre sus piernas. Suelta un largo suspiro al darse cuenta de que, por más de quisiera seguir, no era el único navegando entre las mareas de la confusión.